Secciones
Destacamos
Necesitas ser registrado para acceder a esta funcionalidad.
Pedía hace algunos días el candidato a presidente del Gobierno Núñez Feijóo los votos para el PP de aquellos habituales simpatizantes del PSOE críticos y mosqueados con el gobierno de Pedro Sánchez por sus amistades peligrosas con la izquierda más radical, sus espléndidos regalos a los independentistas y sus acuerdos con cierta gente, algunos tan absolutamente impresentables Bildu.
Nadie sabe exactamente el número de estos viejos simpatizantes avergonzados y que actualmente se sienten tentados a cambiar de bando, pero se supone que son una cifra interesante en estos momentos donde la certeza y el optimismo que se respiraba hace un par de meses en el PP por el hecho de conseguir una mayoría suficiente para formalizar un gobierno sin la ayuda de la ultraderecha parece haberse ido desinflando.
Ahora también Pedro Sánchez pide para el PSOE los votos de aquellos habituales votantes del PP que se sientan avergonzados de entregar al voto a este PP que acuerda pactos municipales y autonómicos con la ultraderecha más rancia de Vox, una tropa que desde luego no tiene el historial de complicidad con el terrorismo de ciertos amigos de Sánchez pero que tampoco augura con sus políticas trasnochadas, negacionistas y antifeministas un futuro muy halagüeño y prometedor para España, como ya hemos visto en primicia en Castilla y León, para el caso de que Feijóo se tenga que ver obligado a bailar el mismo pasodoble que hace unos días hemos visto ejecutar a María Guardiola en Extremadura. Tampoco sabemos el número exacto de los abochornados del PP con estos pactos de gobierno que se avecinan con Vox, pero parece que es un número que tampoco convendría menospreciar.
Tal y como están las cosas en este sentido, puede que finalmente quienes decidan el meollo de la cuestión el próximo día 23 de julio, sean una cantidad indeterminada de votantes avergonzados de unos y de otros, es decir, de esos que habitualmente suelen votar con una pinza en la nariz un poco asqueados y enfadados consigo mismos por introducir en la urna una papeleta que en realidad no les dejará dormir durante algún tiempo sabiendo que de alguna forma acaban de traicionarse a sí mismos.
Ojalá que Nuñez Feijóo o Pedro Sánchez o quien sea que gane las elecciones la noche del 23 de julio cuando salga al balcón de la sede correspondiente a celebrar su victoria, recuerde los votos de todos estos avergonzados antes de ponerse a dar muchos botes.
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.