Tiempo al tiempo

Lejos de esas autobiografías de rutilantes y famosos músicos, siempre espolvoreadas con las lentejuelas de la vanidad, he aquí las explosivas memorias de un humilde y estupendo batería de provincias. Un relato que disfrutarán muchos músicos salmantinos, algunos de los cuales se pasean por la historia involucrados en la misma trama, pero sin duda también cualquier aficionado a la buena literatura. «Dando tempo al tiempo» también es la fascinante radiografía de una familia humilde que intenta salir adelante pero parece empantanada en una pequeña fábrica de ladrillos donde el fantasma de la crisis nunca parece estar del todo resuelto.

La pelea generacional, la bondad de unos padres que sueñan lo mejor para sus hijos, los estragos del alcohol o la pasión tan inocente como obstinada de un adolescente que sueña nubes de pentagramas y escapa a la ciudad en busca del mejor aire que respirar, son algunos de los argumentos que asoman en esta historia escrita a ritmo de swing y rock and roll y en el que poco a poco va transfigurando el paisaje desde una Salamanca con Franco saludando desde el balcón del Ayuntamiento en la Plaza Mayor a otra con The Rolling Band montando la correspondiente bronca en cualquiera de los míticos garitos con música en directo de la ciudad.

Y, entre medias, trabajos esporádicos, chapas revolucionarias, sesiones de terapia, huidas en autostop, desastres y victorias académicas, robos en locales de ensayo, gente entrañable y despreciable que se cruza y se descruza a lo largo de sus suculentas 425 páginas. Una edificante historia de superación donde los augurios del «nunca llegarás a nada», quedan reducidos a añicos ante la determinación, el trabajo y la voluntad que procura la mejor gasolina posible que alienta el ser humano: el amor y la pasión hacia aquello que realmente nos emociona y conmueve. No se lo pierdan.