Relojerías
En 1856 llega a la Plaza Juan Gómez Sebastián, relojero oficial del Ayuntamiento y encargado de la conservación del reloj ·
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En 1856 llega a la Plaza Juan Gómez Sebastián, relojero oficial del Ayuntamiento y encargado de la conservación del reloj ·
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En el Catastro de Ensenada de 1752 aparecen 3 relojeros. En la Plaza Mayor: «El relojero mudo» ya está en 1794, sin que se sepa dónde. La «Tienda del Reló» se encuentra en Quintana 4, antes de 1861, siendo luego la tienda de Lobarinas. Tomás Rincón, constructor de relojes de torre en Cáceres, Avila, Toledo y Zamora y el de la Universidad salmantina, en 1861 se traslada a Varillas, 15.
En el número 13 de la Plaza antes de 1863 se encuentra establecido el relojero Severiano García, que cerró en 1879. En 1885 llega a la Plaza y a su número 37 la «Relojería madrileña» de Miguel Chafes, procedente de la calle de Quintana 3, a la que había accedido en 1883, trasladada desde la calle de la Rúa donde se había establecido en 1879.
La sucursal de la «Casa Almeida» de Madrid se encontraba en 1883 en San Pablo, 30 y antes había estado en Herreros 28. Juan del Barco en Corrillo 11, abre en 1879 su establecimiento. En el número 40 de la Plaza, en 1872, ocupa el local la relojería de Esparza que cierra en 1880 pues abre Suárez una tienda de paños.
En 1856 llega al número 39 de la Plaza, Juan Gómez Sebastián, relojero oficial del Ayuntamiento y encargado de la conservación del reloj, hasta su muerte el 28/02/1889.
La relojería se anuncia como «Viuda de Gómez Sebastián», que era Casilda Paredes y desde abril de 1900 rige el negocio Antonio Ferreira Gómez, hijo político por su matrimonio con Priscila Gómez, siendo relojería de «Viuda e Hijo de Gómez Sebastián». En 1921 se traslada a la calle de Toro, número 6, como «Relojería de Antonio Ferreira» y al morir el 01/06/1971 pasa la relojería a sus hijos Agustín, relojero y José, óptico. Pedro Juanes en Rúa 49, coloca en 1885 el reloj de la Diputación Provincial. Se traslada al 26 en 1909.
En 1868 Pedro Blanco Hermosilla abre en el número 44 de la Plaza. En la calle de la Rúa en el número 30 la «Relojería Suiza»· La de Fernando García fundada en 1810 se encuentra en el nº 10 de Poeta Iglesias.
El establecimiento abierto en el nº 10 de la Rúa por Pedro Marcos González, ya en 1851 es de su Viuda, regentado por el relojero suizo Gustavo Eugenio Jonner, que se establece en el nº 8, mientras queda al frente del negocio de la Viuda el relojero Vicente Gimeno.
En 1860 la relojería de Emilio Alvarado se encuentra junto a la parroquia de San Martín. En 1884 una relojería que existía en la calle de Libreros se traslada a Rúa, 7, traspasándose en 1886.
La relojería de Sergio, en 1885, se encuentra en la Isla de la Rúa, 13 y en ese mismo año la relojería de Andrés Martín, en la Cuesta de Sancti Spíritus, se hace famosa por exhibir en su escaparate un reloj de plata en el que se puede conocer la hora sin necesidad de esfera, ni minutero. «La Relojería del Liceo», de M. Sánchez en 1899 está en Toro 37/39, luego de Emilio Hernández.
La relojería Winzer fundada en 1872 por el alemán Adolf Winzer Klapproth, no consta dónde se estableció hasta que en 1886 aparece en la calle de la Rúa, 7. Sigue en este domicilio en 1892 pues pide autorización para enlazar por teléfono su domicilio en Rúa 34 y la tienda en el 7.
No sabemos la fecha en que se establece en el número 12, pero será siempre después de 1897 pues en esa fecha se anuncia otra relojería, que habla del sistema Roskopf. En 1932 traslada el negocio a la esquina con la calle de Sánchez Barbero, donde estuvo el comercio «La Inglesa» y lleva el enorme reloj exterior.
La «Nueva relojería de Ramón P. de Carranza y Burgueño» en Rúa 18, frente al comercio de «Los Cubanos», coloca relojes de torre ya en 1902 y da el traspaso a José Sánchez Sendín, en 1906. Entrado el siglo XX existen: Francisco Cascón, en la Cuesta de Sancti Spíritus, 16, principal; Felipe Martín, en Toro, frente al Caño; Ramos, en el Corrillo y Agapito Juanes, en San Pablo 23.
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