La guerra está que arde...

Tras dos años de espera, al fin llegó la segunda temporada de 'La casa del dragón', la precuela de una de las series más míticas de HBO, Juego de Tronos, que finalizó este mismo lunes y nos ha dejado con muchas ganas de más. Esta serie narra la guerra civil de la familia Targaryen por hacerse con el deseado trono de hierro en el reino ficticio creado por George R. R. Martin. Una serie que, al igual que su predecesora, no escatima en efectos especiales ni violencia.

¿Se necesita haber visto Juego de Tronos para ver 'La casa del dragón'? Lo cierto es que no, ya que 'La casa del dragón' habla de lo ocurrido unos 200 años antes. De hecho, tras haber visto estas dos temporadas, me atrevería a decir que resulta mucho más interesante verla antes que Juego de Tronos, y más teniendo en cuenta que para aquellos que aún desconocen el desenlace de la profecía de 'Canción de Hielo y Fuego', la expectación aumenta considerablemente.

Volviendo a la sinopsis, la dinastía Targaryen proviene de la legendaria y sagrada región de Valyria, y como herencia de ello, no solo tienen un idioma propio, sino la habilidad de comunicarse y montar a los dragones. El conflicto reside en que el reino está dividido entre los que aceptan a Rhaenyra, la primogénita del rey Viserys y su primera mujer, como sucesora de la corona y los que no. El honor, la venganza o la legitimidad de la línea sucesoria son los temas utilizados para aderezar la trama, que se encuentra siempre en una encrucijada entre la paz y la guerra.

Recomiendo ver ambas series, ya que Juego de Tronos es una de las más míticas y favoritas de los espectadores en la historia de la televisión. Aunque me gustaría realizar varias advertencias: la primera, que la violencia y la sangre son grandes protagonistas de la serie; la segunda, que ambas transcurren con lentitud; y la tercera, que lo mejor es no tener expectativas muy altas con la octava y última temporada.