Hay promesas... electorales

Se atribuyen a Enrique Tierno Galvan, el viejo profesor y alcalde que fue de Madrid, famoso también por sus bandos, dos afirmaciones que, a la hora de la verdad, vienen a ser la misma. Para unos dijo que «hay promesas … y promesas electorales», como queriendo indicar que estas últimas se hacían, pero no se cumplían.

Para otros, su frase fue más directa y sin circunloquios: «Las promesas electorales están para no cumplirse». Viene todo lo anterior a cuento de la lluvia de millones (a falta de lluvia física) con la que nos está jarreando el Gobierno durante las últimas semanas. El último chaparrón se produjo ayer, horas antes del comienzo de la campaña electoral, en forma del plan de apoyo al sector agrario por aquello de la sequía. Lo importante, o lo mollar, es lo anunciado en forma de ayudas directas.

En el caso de la ganadería son bastante concretas y por importe de 355 millones de euros, con el sector del porcino ibérico fuera de las mismas. ¿Servirá esta promesa para tapar todos los ataques que ha sufrido el subsector ganadero por parte del Gobierno a lo largo de los últimos años?

En lo que respecta a la agricultura, se promete crear un fondo de 276,7 millones de euros, del que no se ha concretado nada más y, para la apicultura, hay 5 millones de euros, que pueden ser los mismos que Luis Planas y compañía vendieron meses atrás. La reacción de la mayoría de las organizaciones agrarias ha sido calificar este paquete como claramente insuficiente, a tenor de las pérdidas que se han registrado ya y que se pueden evaluar en torno a los 12.000 millones de euros, aunque la cifra puede variar al alza o a la baja, dependiendo de los precios de los productos que se tomen como referencia y de las cosechas o producciones medias que se utilicen para hacer los cálculos.

En resumidas cuentas, el Gobierno pone en ayudas directas 636 millones frente a unas pérdidas de 12.000 millones. Se trata de poco más de un 5 por ciento, que dicen que llegarán al bolsillo de agricultores, ganaderos y apicultores. Ya veremos si es así. La valoración puede ir del «menos da una piedra» al claramente insuficiente, pasando por no está mal.

Y ahora viene la gran pregunta: ¿de dónde va a salir ese «porrón» de dinero que el Gobierno dice que va a poner en un amplio conjunto de medidas? Porque hay que ver la cantidad de anuncios que ha hecho Pedro Sánchez a lo largo de las últimas semanas. Claro que, conociendo las virtudes y sobre todo los defectos que adornan al personaje, no hay que fiarse mucho.

Como bien sostiene Agustín Valladolid, un buen amigo periodista, «nunca como ahora habíamos asistido con tanto descaro a la utilización del Consejo de Ministros como oficina electoral, al espectáculo indecoroso de pujar por el voto incierto con el presupuesto del Estado». Vuelvo a recordar a Tierno: «Las promesas electorales están para no cumplirse».