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Opinión

El Gran Hermano de Marlaska

Los ciudadanos de a pie nos deberíamos poner en pie de guerra contra las intenciones del «Gran Hermano Marlaska»

Viernes, 4 de octubre 2024, 05:30

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Pido perdón de antemano, pero quiero adelantarme a los acontecimientos para que Marlaska me deje en paz. La ropa interior que llevo (calzoncillos) es de la marca «mitchdowd» y fue adquirida durante un viaje a Australia hace más de dos años. La colonia y el desodorante que utilizo no son uno, sino dos, la de verano y la de invierno; si el todavía ministro del Interior desea más detalles no tiene más que preguntar. Las camisas son de procedencia variada. Para saber dónde compro la ropa, el calzado o los restaurantes que frecuento no tiene más rastrear las tarjetas de crédito. Y, sí, eso es lo que va a hacer, si nadie lo impide, a partir del mes de diciembre, cuando en los hoteles nos pidan una gran cantidad de datos adicionales (muchos más que ahora) que deberán comunicar a su vez al Ministerio del Interior. Las asociaciones de las empresas turísticas y hoteleras están que trinan por el gran trabajo burocrático al que van a tener que hacer frente y por los peligros en las brechas de seguridad informática que se podrían abrir en el tratamiento de nuestros datos personales.

Pero es que los ciudadanos de a pie nos deberíamos poner en pie de guerra contra las intenciones del «Gran Hermano Marlaska», que utiliza las excusas de la lucha contra el terrorismo, contra el blanqueo de capitales, el crimen organizado o vaya usted a saber qué. Si piensan que exagero atención a los siguientes datos que deberemos proporcionar en los hoteles cada vez que acudamos a uno de ellos y que los responsables de estos remitirán al Ministerio del Interior, vía Secretaría de Estado de Seguridad: el número de las tarjetas de crédito utilizadas para pagar, las cuentas bancarias con IBAN, el número del teléfono móvil del huésped y viajero, direcciones personales con todo tipo de datos, parentesco… Las empresas de alquiler de coches también estarán sometidas a este tipo de obligaciones, lo mismo que las agencias de viajes y los propietarios de viviendas turísticas. En total se trata de 28 datos nuestros, de los viajeros o huéspedes, los que deberán comunicar a Interior y sus huestes a partir de la entrada en vigor de la nueva norma el 2 de diciembre, es decir, a la vuelta de la esquina.

Y eso está a punto de llegar, mientras ayer el Gobierno del que forma parte el «Gran Hermano Marlaska» pactó con Bildu lo que podría denominarse la derogación de la que se llamó Ley Mordaza de la época de Rajoy y se compromete a eliminar el uso de las pelotas de goma por parte de los antidisturbios, las devoluciones en caliente de inmigrantes o rebajar las sanciones en caso de faltas de respeto y desobediencia a los agentes de la autoridad. Y, repito, todo eso lo ha pactado con los de Bildu, herederos de ya se sabe quién. Vuelvo al principio, si van a hoteles, alquilan coches, compran paquetes turísticos en agencias de viajes, prepárense para desnudarse en sentido amplio, sobre todo en lo que respecta a sus datos personales más íntimos. Será eso, o quedarse en casa.

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