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Opinión

Alegría sin par

Si lo de Ayuso es absentismo laboral, ¿cómo habría que calificar lo que hizo Sánchez? ¿Acaso de huelga total?

Viernes, 25 de octubre 2024, 05:30

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Tengo que reconocer el gran mérito de la ministra Alegría. Debe salir todos los martes a defender lo indefendible en su calidad de portavoz del Gobierno al acabar la reunión del consejo de aduladores del marido de Begoña, que no Consejo de Ministros. En su última intervención ya rizó el rizo, cosa harto difícil. Ni corta ni perezosa acusó a Isabel Díaz Ayuso de absentismo laboral por aquello de que anunció que no iría a la entrevista con el presidente del Gobierno. Se puede estar de acuerdo, o no, con los motivos aducidos por la lideresa de la Comunidad de Madrid para justificar su actitud, pero acusar a Ayuso de absentismo laboral es de aurora boreal, especialmente si quien lo hace es portavoz del Gobierno presidido por Pedro Sánchez, que, lo recuerdo, la pasada primavera se tomó cinco días de asueto en sus funciones para reflexionar sobre lo que ya comenzaba a saberse de las andanzas de su mujer. Si lo de Ayuso es absentismo laboral, ¿cómo habría que calificar lo que hizo Sánchez? ¿Acaso de huelga total? Eso sí, me gustaría haber visto la nómina del marido de Begoña del mes correspondiente a los hechos para comprobar si se descontaron de su sueldo y salario los emolumentos a los que hubiese lugar.

Puede parecer un tema menor, pero no lo es, ni mucho menos, porque se trata del reflejo de cómo entienden el poder algunos de los que lo ostentan ahora mismo y que emana del inquilino de La Moncloa. Me refiero a la ocupación de las diferentes Instituciones y organismos del Estado. El último ejemplo es el de RTVE, que ya estaba asediada y que ahora ha sido tomada. Ocurrió el mismo martes durante la reunión del Gobierno y pocos minutos antes de que Pilar Alegría saliese a decir lo del absentismo laboral. Se viene a sumar así al asalto al Tribunal Constitucional, a la Fiscalía General del Estado, a la Abogacía del Estado y suma y sigue. Y lo gordo, es que aquí no pasa nada y que gracias a que los grupos de extrema izquierda se están despeñando y a que los suyos son muy suyos, el marido de Begoña seguiría teniendo, según los sondeos, algo más de un 30 por ciento de los votos en caso de que se celebrasen elecciones generales.

Por cierto, y ya que me refiero a los grupos más a la izquierda del Partido Sanchista, menudo varapalo el de la dimisión de Errejón por motivos relacionados con el sexo. Hace unos cuantos años, cuando los herederos del 15M estaban en su pleno apogeo, un amigo, perfecto conocedor de los orígenes de los que se hicieron con la representación de este movimiento, me advirtió que eran, en determinados aspectos de la vida, como grupos de adolescentes y me pidió que prestase atención a los cambios de pareja y la promiscuidad entre ellos, incluidos los dos que se disputaban ser el macho alfa, a saber, Iglesias y Errejón. «Su forma de actuar, tendrá consecuencias», aseguró.

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