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Frente a los virulentos y gratuitos ataques que están recibiendo Pablo Casado y Teodoro García Egea, en su calidad de máximos responsables del PP, por sus injerencias en la vida interna del PP de Castilla y León, Valladolid, Ávila, las que ya protagonizaron en Segovia, y, especialmente, por lo que nos toca, en Salamanca, me veo obligado a salir en su defensa. No entiendo cómo los críticos a Casado y a Egea (qué casualidad que los apellidos casi coincidan con los de los gestores de la sanidad y la pandemia en nuestra Comunidad) no son capaces de ver la realidad: ¿Acaso los máximos responsables del PP a nivel nacional no lograron los mejores resultados de la historia de este partido durante los dos procesos electorales generales a los que concurrieron en 2019? Hay que estar muy ciegos para no darse cuenta de lo evidente y de que, a consecuencia de la gran cosecha de votos obtenida, lograron entrar en La Moncloa y ocupar el Gobierno Central. ¿Acaso no es Pablo Casado presidente del Gobierno y Teodoro García Egea el vicepresidente con mando en plaza? Esos críticos están empeñados en negar la evidencia.

También es evidente que en esas mismas convocatorias electorales de carácter general, a las que añado las municipales y autonómicas, el PP de Salamanca cosechó los peores resultados electorales de toda su historia, con las siguientes consecuencias: los populares salmantinos no lograron colocar a un solo diputado ni a un solo senador en las Cortes, obteniendo, insisto, lo peores resultados de todas las provincias y circunscripciones electorales españolas. Por si lo anterior no fuese suficiente, el PP de Salamanca perdió la Diputación Provincial, la mayor parte de los ayuntamientos de la provincia y también el de la capital, donde gobierna un nuevo grupo denominado “Coalición Charra”, que amenaza con quedarse con todos los resortes del poder. Todo lo anterior es evidente y los únicos que no lo quieren ver son los que critican las injerencias de Casado y de Egea.

Además, el PP de ambos dos ha cosechado los mejores resultados de toda su historia en el último proceso electoral celebrado en Cataluña y está a punto de gobernar en esta Comunidad Autónoma. Es lo mismo que sucedió en el País Vasco en sus últimos comicios, que coincidieron con los gallegos, en los que Núñez Feijoo, por no seguir los consejos de Casado y Egea, con los que es muy crítico, se hundió estrepitosamente perdiendo después de muchos años el poder en esta región y pasando a la oposición. Así podría seguir desgranando argumentos en defensa de los máximos líderes del PP, pero creo que los anteriores son más que suficientes. No me resisto a terminar con una afirmación rotunda: Casado y Egea van de victoria en victoria... hasta el fracaso final.

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