El campo de Ucrania, muy afectado
Vaya por delante que lo más importante de todo es la pérdida de vidas humanas, los heridos, las víctimas en general y el sufrimiento de ... todos los afectados debido a la invasión de Ucrania por parte de las tropas rusas enviadas por Putin. Y, solo una vez que se ha dejado claro lo anterior, toca entrar en las repercusiones económicas de este acontecimiento, que va camino de significar el comienzo de una nueva era o un nuevo periodo histórico. Entre las informaciones que llegan hay una que está pasando más desapercibida de lo que debiera. Ya que en estos casos conviene ser muy cuidadoso con las fuentes, quiero precisarlas. Se trata de noticias que llegan desde el Ministerio de Agricultura de Polonia, que, a su vez, las ha recibido del ministro de Agricultura de Ucrania: el ejército ruso se está cebando con el campo ucraniano al que considera un sector estratégico de este país. Dicho de otra manera, las tropas enviadas por Putin destruyen todo lo que encuentran a su paso en las explotaciones agrarias ucranianas, y eso afecta tanto a las personas que las llevan, los agricultores y ganaderos con sus familias, como a las instalaciones y maquinaria de las granjas, a los medios de producción y a las cosechas almacenadas, si es que todavía quedaba alguna sin vender.
La información tiene su lógica porque la economía agraria y especialmente el sector de los grandes cultivos, como los cereales y las oleaginosas, especialmente el girasol, eran hasta ahora una de las principales fuentes de riqueza de Ucrania y sus exportaciones suponían una gran entrada de divisas. Esta destrucción del potencial agrario ucraniano y de su tejido productivo hará que la reconstrucción, cuando acabe la contienda, sea más complicada y larga. En consecuencia, no parece que los europeos en general y los españoles en particular vayamos a poder contar con los productos que nos llegaban desde allí, ni a corto ni a medio plazo, por lo que habrá que ir tomando medidas para garantizar el abastecimiento, buscando fuentes de aprovisionamiento alternativas.
Y, ¿cuáles son estas últimas? Pues, de entrada, utilizar todo el potencial productivo del campo europeo, incluyendo el español, en el caso de los sectores citados anteriormente. Para eso hay que modificar la normativa vigente actualmente, y también la PAC que está por llegar, para eliminar las restricciones de cultivos. Pero eso no va a dar resultados en forma de cosechas de un día para otro, porque el campo tiene sus ciclos anuales o incluso más largos, dependiendo de la época del año. Mientras tanto, debemos mirar a Estados Unidos, Canadá, Brasil y Argentina, para ver si nos pueden vender los productos que necesitamos. En este caso también es necesario cambiar las normas europeas en materia de productos fitosanitarios y de transgénicos. Los tiempos han cambiado y las normas también deben hacerlo si queremos garantizar la alimentación.
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