El camaleónico Sánchez
Sábado, 27 de junio 2020, 05:00
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Al presidente del Gobierno, que nos hace padecer la pandemia con la desenvoltura propia de quienes carecen de principios, le adornan todas las cualidades del camaleón, ese conocido reptil escamoso, por su lengua larga y pronta y sus sorprendentes cambios de color. No es solo “un rato liberal y otro bolchevique”, como ha dicho Bieito Rubido. Tampoco una digna veleta. Sánchez se ha emperejilado con el color naranja de Ciudadanos, y acaba de teñir otra zona de sus lomos con el azul del PP. Resultado: aprobación del Decreto sobre la nueva normalidad, que se tramitará como Proyecto de Ley, por 265 votos, entre ellos los del PP y Cs. ¿Qué ha sucedido? Pues que llega una tormenta económica, de proporciones gigantescas, que según el Fondo Monetario Internacional, sitúan a España a la cabeza, penoso lugar de un vergonzoso escalafón, el de los que más sufrirán. Y esta afecta no solo a Madrid, está calando entre nosotros, provincianos, en las colas del pan, y lo que Camacho ha titulado “la persiana bajada” -que por aquí llamamos trapa-, de los muchos negocios que no reabrirán.
¿El camaleónico Pedro Sánchez ha cambiado solo por eso? Anteayer insultaba al PP, la diana preferida de sus improperios. Le exigía que colaborara con el Gobierno o se fuera con Vox. Pero ayer aceptó no solo su voto a favor del decreto de normalidad, sino sus anunciadas enmiendas. Hay algo más. En Europa, donde el comunismo tiene muy poco que hacer, le miran con mal disimulada desconfianza viendo a su lado en el banco azul a Pablo Iglesias, que tiene hemeroteca, vídeos revolucionarios y favoritas para coleccionar. Dicen que la penúltima, una asesora del sórdido asunto del móvil robado, que tenía grabada dinamita, por lo que Carlos Herrera, que sabe que Iglesias no ha sido la víctima, le ha escrito “la cloaca, querido, eres tú” (por no llamarle lo que está de moda en las redes: ñordo). Y, en fin, porque es hora de pedir fondos para tapar tanta promesa y tanto déficit, para lo que prefiere que la ministra muñequita linda, Nadia Calviño -que con esa carita de ángel sujetó bravamente al socio podemita-, sea la jefa del Eurogrupo.
Lo cierto es que el presidente que comparo con ese conocido reptil, el camaleón, se ha acercado a la derecha, a la que detesta, para que Europa vea en su cambiante pellejo, usualmente rojo, y últimamente morado, reflejos azules, pero no de Mahón azul, ni desde luego el azul marino de los famosos paños de Béjar, sino un leve toque de azul cielo. Ese que en las elecciones de Galicia sin duda obtendrá mayoría absoluta, de la mano de Núñez Feijóo, cuya victoria acaso vuelva a plantear su aterrizaje en Madrid, para articular una verdadera alternativa al sanchismo.
Ustedes comprenderán que quien, ante los ataques de sus propios socios venezolanos a la Monarquía, y los denuestos contra Felipe González, no defiende al Jefe del Estado, y defiende con la boca chica, chiquitísima, y con toda brevedad, al socialdemócrata que fue todo en el PSOE, no va a ser leal con el PP. Quiere decirse que Sánchez no ha mostrado nunca, como decían los diarios de sesiones, un “entusiasmo indescriptible” por su lejano antecesor, ni por el olor a concordia, a pacto, sino en ambos casos, perfectamente descriptible. Se ha acercado a los populares ladinamente, ojo, lagarto, lagarto (familia del camaleón). Y como no podía por menos, ha cortocircuitado en la Mesa del Congreso, con ayuda del PP, y pásmense, de Vox, la Comisión de investigación sobre Felipe González, ese jarrón chino que el sanchismo está deseando hacer añicos. Yo creo que Pedro quiere cantar bingo, cobrarse “dos Felipes por el precio de uno”: el Rey y González.
Dicen que, al fin, hay un clima de acuerdo entre las dos grandes fuerzas políticas. Personalmente lo dudo. Cuando menos me asalta un saludable escepticismo, por no decir, una incredulidad aldeana, charra, la de piensa mal y te quedarás corto, porque la breve historia de Sánchez está plagada de imposturas y deslealtades, y no creo que sea un converso. ¿Recuerdan ustedes que ha venido rechazando hasta once pactos de Estado ofrecidos por el PP?
De lo que nadie puede dudar es de la voluntad negociadora de nuestro alcalde y nuestro presidente de la Comunidad. ¡Coño, si son los dos del PP! Pues mira por cuánto, Mañueco y Carbayo han logrado sendos pactos de concordia, el municipal y el autonómico, como se aprobaba a los mejores de los antiguos bachilleres, nemine discrepante. Unanimidad en ambos casos, y donde hay de todo, incluso podemitas. Que aprendan en Madrid, coño.
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