De picoteo con el virus

Tampoco creo que Pedro Sánchez vaya a verse desalojado por causa de su política sanitaria, pese a los errores, retrasos y falsedades acumulados. Citaré sólo un error terrible, descrito por Luis Orea e Inmaculada C. Álvarez en un artículo el 13 de abril: si Pedro Sánchez hubiera avanzado las medidas del estado de alarma al día 7 de marzo, el 4 de abril las muertes por coronavirus en España hubieran sido 4.542, es decir, 7.506 menos de las que se produjeron. Pero prefirió contemplar a las feministas radicales gritando por las calles: “¡El machismo mata más que el virus!”.

La información suministrada por el Gobierno se las trae, sobre todo ese anuncio diario de que “ya estamos en la cumbre de la curva”. Por otra parte, los datos que suministra el Gobierno sobre el número de infectados carecen de validez. Hubiera bastado con hacer periódicamente una muestra y tomar los datos que suministrara esa muestra para tener una aproximación válida. Pero para ello habría que disponer de test fiables... y aún hoy no estoy seguro de que el Gobierno disponga de ellos. Respecto a los fallecidos, lo más sencillo y eficaz hubiera sido tomar el número total de fallecidos que suministran los registros civiles y a la vez calcular mediante estimaciones fiables los muertos teóricos (sin virus) partiendo de los fallecimientos que hubo en esas fechas durante 2019.

Es lo que ha hecho el Estadístico Superior del Estado Francisco Melis. ¿Con qué resultados? Pues que Sanidad infraestima el número de fallecidos por causa del virus entre el 17 de marzo y el 26 de abril: 30.216 muertos reales, el 67% por encima de los “esperados” y un 27% más de los muertos por virus que ha suministrado el Ministerio. Por otro lado, más del 95% de los fallecidos por virus tenía 65 años o más.

Sin embargo, a partir del 31 de marzo la diferencia entre muertos reales y “teóricos” es cada vez menor, de suerte que –siempre según Melis– la sobremortalidad por virus habrá desaparecido a finales de abril o primeros de mayo. ¡Que Dios le oiga!