Carbonerías

Las carbonerías posteriores van surgiendo al ser ocupados los locales devastados por la guerra de la Independencia: Iglesias de San Francisco el Grande, San Blas, Santo Tomás Cantuariense o por otras causas, en 1589 la cueva de San Ciprián, la Iglesia de San Antonio el Real, donde el Liceo o el palacio del duque de la Roca, en la parte de San Boal.

La primera carbonería que se anuncia es la de Mariano Muñoz y está en la Puerta de Zamora 8, frente a la Plaza de Toros de las Juanelas desde antes de 1879, teniendo sucursal en la plaza de los Basilios, 1.

En 1885 A. Hernández e Hijo ya despachan en las afueras de san Bernardo y existe otra carbonería en la Ronda de Sancti Spiritus, 16. Luis Flores se instala en Corrales, 2, junto al horno, en 1888.

Francisco Péix tiene negocio de materiales de construcción en la carretera de Ledesma, números 10 y 12 y carbonería ya en 1902, con servicio a domicilio. Hereda el negocio su hijo Benito Péix Manzano y continúan con la firma “Péix” sus numerosos hijos. En 1902 hay una carbonería en San Justo, 4.

En la Calzada de Toro en 1905, vende carbón de cok y brezo Mariano Muñoz Navarro y en 1902 tiene carbonería en la plaza de los Bandos, 4, que traslada en 1912 a Espoz y Mina, 16, sustituyendo a Arturo Martín Berrocal. Medalla de bronce en la Exposición Regional de 1907. La de los Bandos pasa a ser de Roque Sagrado Pérez, con sucursales en Basilios, 1 y Ronda de Sancti Spiritus 23.

Dionisio Sagrado Pérez tiene su establecimiento en los Corrales de la Rúa, 8, frente a la Funeraria de “La Soledad”, en 1911. Pasa posteriormente a la plaza de los Bandos, junto al edificio que va ser la Central de teléfonos y que ha de abandonar para trasladarse en enero de 1928 a Zamora 26.

Monta sucursales en la plaza de Bretón, Especias, 3 y plaza de san Cristóbal, 4, hacia 1915. Le sucede su hijo Agustín Sagrado Delgado, con sucursales además en Travesía de Campoamor, 5 y Paseo del Rollo, 6, hacia los años 40.

José Martín González en 1911 se encuentra en san Justo, 6. Carbones “La Juliana” de Recesvinto Pérez Entisne, sucesor de Jesús Pérez de la Fuente está en Sánchez Ruano J.P.

Ignacio Veiga tiene despachos en Zamora 27 y junto a la Plaza de Toros en 1915. Amador Rodríguez, ya en 1916, tiene carbonería en la plaza de los Basilios, 1. Miguel Blasco Soler tiene su despacho de carbón “La Fama” en la Avenida de Canals, número 21 y Cándido Martínez Gil en la Plaza de Gabriel y Galán, 1 en el primer tercio del siglo XX.

Rodulfo García Sagrado, tiene dos carbonerías: “La Mina” en Ronda de Labradores, 8, y la sucursal “La Fama” en Pozo Hilera, 20, que regentan con el tiempo sus hijos Alipio e Isidoro.

Los carbones minerales, especialmente la antracita, se suelen importar de las minas de Fabero, de El Bierzo en León, que contaba en aquella época con 7 pozos abiertos y los carbones vegetales provienen de Matilla de los Caños, Robliza de Cojos y Robleda o de los pueblos serranos.

Merecieron aparecer los carboneros en las Coplas de los pueblos de Salamanca en la recopilación hecha por el Maestro Ledesma en 1907, al dictado del famoso vagabundo “Medina”: “De Maíllo, los cisqueros, / de Cereceda, los gatos, / de El Cabaco, carboneros / y de la Nava, a ratos”.

Los carbones y leña se vendían entre la iglesia de san Julián y la calle de Hovo Hambre antes de pasar al lugar que dejó la iglesia de san Carlos Borromeo, derruida en 1841 y que se llamaba Plaza del Carbón o de la Leña, por establecerse en ella tal industria, entre los edificios de la Torre del Clavero y la parroquia de la Santísima Trinidad (hoy san Pablo) y en el que también se establecieron las churrerías y buñolerías.