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Bienaventurados los que lloran

Miércoles, 29 de abril 2020, 05:00

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Son días de lágrimas y cólera. Con los años ambas crecen, porque se han ido demasiados amigos, y ha llegado el desgobierno. Una primavera mas ... risueña que esta, mientras florecía el roble y encañaba la espiga, se me fue con apenas cuarenta años, quien me arrancó unos versos : “Mi llanto por ti, Miguel, querido amigo/no volveré a tus robles en la tarde...”. Comprendí que tenía razón Alberto Cortez al cantar “cuando un amigo se va, queda un espacio vacío, que no lo puede llenar la llegada de otro amigo”. Pero es que ahora se me han marchado ¡en menos de un mes!, Manolo, Luis y José (pongan los apellidos que quieran). Me falta el lirismo de un Miguel Hernández para requerirles del almendro de nata, porque se han “muerto como del rayo” -maldito seas corona virus-, cuando aún teníamos que hablar de muchas cosas, compañeros del alma, compañeros.

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