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En domingo de octubre, LA GACETA de Salamanca ha estrenado un nuevo traje en su versión de papel, para presentar sus contenidos informativos de una forma más moderna, atractiva y visual a sus lectores. Está claro que al centenario periódico no le pesan los años y le pueden las ganas. «Así sea el tiempo, así el tiento», deben de haber venido a decirse sus gestores y, ¡voilá!, LA GACETA salmantina ya ha comenzado a desfilar hacia el futuro con una reformada imagen, y una maquetación mucho más colorista que ha firmado Errea: un estudio de diseño gráfico y narrativa de marca, experto en gestionar la estrategia de empresas, instituciones y, lo que importa en este caso, de medios de comunicación.

Precisamente el pasado viernes, durante el acto de presentación del libro “Merinas y churras” del profesor Román Álvarez, los tres columnistas GACETA allí reunidos (el propio autor, Manuel Muiños y la que firma esta columna), comentábamos la velocidad con la que hoy en día se suceden las noticias, en Salamanca y en el mundo, y también lo mutantes y fugaces que son. Lo que hoy escribimos y contamos no parece ser útil o querer llegar a mañana. Pero, ¡craso error!, porque, aunque el presente y el futuro cambien sus vestidos, bajo ellos seguirán aovilladas idénticas larvas, y en el ánimo de este diario está que Salamanca continúe siendo la principal preocupación y argumento de sus reportajes, crónicas y pareceres.

Mudanza, pues, en la cabecera y en el escenario gráfico de papel GACETA, por cuyas páginas habrán de alegrarse o rezongar las gentes de la Salamanca capital y la Salamanca de sus pueblos. A una y a otra siguen sobrándole promesas y faltándole filantropía. No sé si es pesimismo o fatal barrunto, pero me da que la universidad, la industria y el campo continuarán por tiempo en su habitual ‘abarrancadero’, y, por hache o por be, nadie hallará pronta solución a sus muchos problemas. Así que a los que tenemos en oficio el contar cómo nos parecen que son aquí las cosas, no nos quedará otra que la de Séneca: «Mejor molestar con la verdad que complacer con adulaciones». Oficiosamente ya está abierta la campaña electoral y en los próximos meses conoceremos los nombres de los candidatos municipales y autonómicos. Quiera Dios o la Providencia que estos sean ricos en virtud y pobres en pecados capitales. Quiera también que nada nos anuble las entendederas («así el tiempo, así el tiento») y sepamos dar mayoría y voto a lo que menos nos amenaza. No hay siglas que nos aseguren la felicidad, pero ya ha quedao patente que sin amor conyugal nada bueno puede engendrarse en la cama.

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