300
Miércoles, 4 de septiembre 2019, 05:00
Hasta hace unas horas, Sánchez anunciaba 300 medidas, algunas más de las que toma un sastre para cortar un traje. Un programa de Gobierno —¡dejen ... de emplear la palabra gobernanza!— necesita menos. Hay quien dice que las 300 se reducen a una: “Pablo, ¡ríndete!”. Otros, que ese número recuerda a los más de trescientos crímenes de ETA sin aclarar, o sea, sin que los autores lo confiesen, ni quienes los conocen los denuncien. El maestro Ansón tituló ayer su columna ‘Los 300 golpes’ —evocando acaso aquella gran película de Trufaut, ‘Los 400 golpes’— los que dice que Sánchez quiere infligir a la ciudadanía española para justificar las elecciones, si Iglesias “no se hinca de rodillas ante el rebenque sanchista”.
La cifra suena porque los lectores, al menos, habrán visto la película del reducido “ejército” de Esparta, comandado por Leónidas, que resistió heroicamente, “¡Au, Au!”, a las nutridas tropas persas, en el paso de las Termópilas. Pero como charro me suena más aquel “¡A por los 300!”, el lema de campaña del líder salmantino Gil Robles y su CEDA en 1936, para intentar superar al Frente Popular, propósito que no logró. Pero Sánchez no tiene ni la valentía de Leónidas, ni la preparación de Gil Robles, ni sentido del Estado, ni un ápice de patriotismo.
Y además, en el mítin de ayer —sí, fue claramente su primer acto electoral—, ese número ha crecido, éramos pocos y parió la abuela. Las 300 medias se han convertido en un programa electoral de 370 puntos, bautizado naturalmente de “progresista”, que van a leer su padre, Ábalos, los marqueses de Galapagar y cuatro más. Desde luego, yo no. Pero supongo que serán más de trescientos anzuelos, con sus cebos progres correspondientes, para que piquen sus socios preferentes de Podemos —ahora les llama “aliados leales”, ¡manda carallo!—, y toda la tropa de filoetarras, independentistas, la escoria parlamentaria y el berzotas de las anchoas. Como puede resultar poco para los 3,7 millones de exvotantes de Iglesias, que no quieren sentirse humillados, brinda una ofician de seguimiento de esas medidas, y puestos institucionales, aunque de vicarios, lugartenientes, segundones... Hay quienes están poniendo velas al Cristo de Medinacelli, y otros haciendo magia negra, para que Iglesias lo rechace.
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