A Camela le salen fans hasta debajo de las piedras y llena la Plaza Mayor

Han tenido que pasar 23 años para volver a ver a Camela sobre el escenario de la Plaza Mayor. Entonces fue en la presentación de ‘La Vuelta a España’ junto a Pastora Soler. Dioni y Ángeles siempre han sido los ‘tapados’ y empezaron nutriendo sus ventas desde la gasolinera. Son el grupo ‘elegido’ por el pueblo pese a que lleven sobre ellos el mantra de que nadie presume de escucharlos.

Los creadores de la ‘tecno-rumba’ llenaron la Plaza Mayor en la víspera laboral de un día festivo hasta el punto de que la Policía Local tuvo que limitar el aforo. Muchos de ellos optaron por escuchar una trayectoria de tres décadas de himnos desde la misma plaza de Poeta Iglesias. Ya no cabía ni un alma más.

La historia de Camela en la Plaza Mayor se basó en el amor y el desamor, temas sobre los que giran todos sus discos. Pese a haber recorrido gran parte de la provincia, los madrileños nunca habían estado presentes en las Ferias y Fiestas de la capital. De hecho, pese a que hace menos de un mes estuvieron en Ledesma, a 30 kilómetros de la capital, hubo pocos que quisieron perdérselo.

El espectáculo abrió con su ‘Corazón indomable’. Muchas de las canciones que ofrecieron no se definen tanto por el título de la canción. Y así era escuchar “Sueño contigo, ¿qué me has dado? ” para que el público hiciera la continuación en una romántica vuelta al pasado que ha servido de terapia a generaciones enteras y que quisieron quedarse con un recuerdo imborrable cuando sonó la incombustible la primera estrofa de ‘Sueños inalcanzables’: “Escúchame, compréndelo, es imposible nuestro amor, porque entregué mi corazón, a la mujer que quiero yo”. Toda la Plaza Mayor se iluminó de los flashes de los móviles con el que se renovaban las ilusiones y se creaban recuerdos nuevos de aquellos que lo vivieron mientras hacían los largos viajes de verano. Cinco horas antes allí estaban Esther Benito, cuyo padre Longinos, hacía que sonara en bucle todas las mañanas. Con 18 años recién cumplidos, Mireia García y Estela Sánchez refugiadas bajo una sombrilla habían llegado a las 15:30 para coger sitio a la Plaza. “Nos gustan todas”, exclamaban, mientras Laura y Alba, de 17 años, reconocían que no hubiera llegado a ellas sin haber formado parte de la banda sonora de sus padres. “Cuando zarpa el amor es nuestra favorita”. Y tal y como pidió el alcalde, el dúo hizo sobrevolar los acordes mientras que Dioni se convirtió en un eje sobre sí mismo con la completa coreografía de la que hizo gala a lo largo de un extenso ritual en la que sus acordes también se repitieron en el primer gran concierto de las Ferias y Fiestas.

Los pegadizos estribillos fueron contagiando al público, incluso a los más despistados, a los que todavía recordaban que “no eran pareja”, algo que han repetido en programas de máxima audiencia en un reconocimiento esperado. Para culminar, María Toledo fue una de las sorpresas de la noche. A modo de resumen, Camela invitaba a conocer su historia en la canción que da nombre al grupo. “Si quieres ver a Camela has de buscar en la mirada de un niño que comienza a amar”. Y punto.

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