Sin tres ataúdes, ni catafalco, ni alusiones a 'Romano Pontífice': así será el funeral del papa Francisco

El papa Francisco simplificó en noviembre pasado el ritual de los funerales pontificios, eliminando varias tradiciones, como los tres ataúdes, el catafalco, el báculo papal y los tratamientos honoríficos más allá de los de obispo y papa.

Estos cambios se reflejan en la segunda edición del 'Ordo Exsequiarum Romani Pontificis', el libro litúrgico que guía el funeral del papa, publicado por la Oficina para las Celebraciones Litúrgicas del Sumo Pontífice. Francisco recibió el primer ejemplar de este volumen impreso el 4 de noviembre de 2024, y aprobó su publicación el 29 de abril de 2024.

Como explicó el maestro de las Celebraciones Litúrgicas de los Pontífices, el arzobispo Diego Ravelli, la segunda edición fue necesaria porque el papa Francisco solicitó simplificar y adaptar ciertos ritos para que la celebración de las exequias del Obispo de Roma reflejara de manera más fiel la fe de la Iglesia en Cristo resucitado.

Uno de los objetivos principales de Bergoglio fue subrayar que el funeral del papa no debe percibirse como el de un «poderoso hombre de este mundo», sino como el de un pastor y discípulo de Cristo.

Entre las principales novedades se incluye la inclusión de instrucciones para una posible inhumación en un lugar distinto de la basílica vaticana, conforme al deseo de Francisco de ser enterrado en la basílica de Santa María la Mayor en Roma.

Aunque se mantienen las tres estaciones previas al ritual de las exequias, en la primera estación se especifica que la constatación de la muerte se realizará en la capilla privada del papa, en lugar de en la habitación donde falleció. Posteriormente, el cuerpo será colocado en un único ataúd de madera con interior de zinc antes de ser trasladado directamente a la basílica.

Anteriormente, el cuerpo del papa se trasladaba a la capilla del Palacio Apostólico, ya que allí residía el Pontífice. Sin embargo, dado que Francisco vivía en la residencia de la Casa Santa Marta, este paso fue eliminado.

Además, se precisaron algunos detalles en la segunda estación: el féretro se cierra la víspera de la misa exequial, ya que la deposición en el ataúd se realiza inmediatamente después de la constatación de la muerte.

En la basílica vaticana, el cuerpo del papa difunto se expondrá directamente en el féretro abierto para la veneración de los fieles, pero ya no en un catafalco, como se hacía anteriormente. Tampoco se colocará el báculo papal junto al féretro durante esta exposición.

Finalmente, en la tercera estación, que implica el traslado del féretro al sepulcro y el entierro, se elimina la tradición de enterrar a los papas en tres ataúdes: uno de ciprés, otro de plomo y el último de roble.

Asimismo, siguiendo el modelo de los funerales de obispos, durante las ceremonias religiosas se utilizarán títulos más sencillos, eliminando la alusión a «Romano Pontífice».

Aunque se conserva la figura del camarlengo, quien se encarga de diversas funciones en ausencia del papa, Francisco suprimió la «Cámara Apostólica», un colegio de eclesiásticos que asistía al cardenal camarlengo durante la gestión de la Sede Vacante.