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C.R.
Domingo, 20 de enero 2019, 21:03
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Salvo el incremento de fachadas apuntaladas, poco o nada ha cambiado en la Rúa desde que en 1999 el Gobierno de Julián Lanzarote lanzó una normativa para acabar con el caos de rótulos, carteles publicitarios, toldos, placas y cableado que empobrecen la imagen del casco histórico, que no llegó a aplicarse. Tampoco la ordenanza incluida en el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de 2007, que carece de efectos retroactivos, ha sido efectiva para regular este tipo de elementos en todo el conjunto histórico de Salamanca y minimizar el negativo impacto visual que generan en él.Si durante la celebración de la Capitalidad Cultural, en 2002, el propio Ayuntamiento cifró en más de 180 los establecimientos del casco histórico que vulneraban de forma "flagrante" el reglamento, el número debe ser hoy muy similar ya que basta comparar dos fotografías de entonces y ahora para comprobar que los cambios han sido mínimos en la mayoría de las vías comerciales del centro. Sin embargo, si bien los nuevos establecimientos han tenido que adaptarse a las restricciones que establece el PGOU, la mayoría de los negocios con más de diez años mantienen los letreros y luminosos que las incumplen, puesto que no están obligadas a retirarlos o adaptarlos por ser anteriores al documento normativo. Así, los expedientes por la instalación de rótulos "ilegales" que tiene abiertos el Ayuntamiento no llegan a la decena. Solo uno de ellos afecta al área incluida en la lista de Patrimonio Mundial, y el resto atañe a negocios de calles céntricas, como Toro y Zamora, que quedan fuera de la zona con mayor protección.El Plan de Protección del Casco Histórico, que ponía límites a bares, comercios y demás empresas, perdió su vigencia al entrar en vigor el nuevo PGOU. Hace una década que se debía haber aprobado uno nuevo, pero aún está en fase de elaboración. El propio Plan de Gestión de la Ciudad Vieja, documento estratégico que la Unesco exigía a la Ciudad Patrimonio y que se aprobó en noviembre de 2017, exige una normativa "detallada" y "exigente" con cualquier forma de publicidad, incluyendo rótulos, carteles, cableado y placas, no solo para el Conjunto Histórico, sino también para su zona de afección que enmarcan Mirat, Carmelitas, San Vicente, Rector Esperabé y Canalejas. En cumplimiento de esa necesidad, el Ayuntamiento, desde la Concejalía de Patrimonio, prepara una nueva ordenanza que ya no será solo de obligado cumplimiento para los nuevos negocios o para los cambios en los rótulos de los asistentes. Todos deberán acatarla. Mientras llega, el desorden, la falta de unidad y las infracciones prescritas empañan la imagen de una ciudad que tiene en el turismo una gran fuente de ingresos.7 mujeres de la Base Aérea de Matacán cuentan cómo dejaron atrás prejuicios y accedieron al EjércitoEl pueblo salmantino que tiene arsénico en su agua "potable"Robado para perpetrar otro robo. Aparece el Seat León desaparecido con un cargamento de ordenadores de un colegio
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