Daniel Salvador (UPSA): “Combinaremos presencialidad y modalidad online garantizando la calidad”

¿Se ha hecho bien?

Para aquellas empresas e instituciones que no contaran antes de la pandemia con tecnologías digitales para optimizar sus procesos, mejorar la interacción con sus clientes o permitir el teletrabajo las urgencias no han sido sus mejores aliadas. Por fortuna, en la UPSA podemos decir con orgullo que estábamos preparados, pues disponíamos de herramientas tecnológicas que nos han permitido acelerar transiciones ya previstas de una forma eficaz. De hecho, en nuestro caso, el proceso de cambio ha sido más metodológico y cultural que tecnológico, por lo que la formación ha cobrado una importancia vital. En este aspecto, debo destacar que según un estudio interno de la UPSA, el 93% de los estudiantes reconoce que la universidad cuenta con las plataformas tecnológicas necesarias para continuar con el curso online.

¿Hasta qué punto este cambio digital ha llegado para quedarse?

Sin duda, este cambio ha llegado para quedarse o así lo creemos en la UPSA. Desde el inicio de la crisis provocada por la Covid-19, nos hemos dado cuenta de la importancia de la tecnología, que ha pasado a ser un requisito indispensable. Llevamos años hablando de transformación digital y, en solo unos meses, algunos sectores han avanzado más que en dos o tres años. Las grandes compañías han tenido más interiorizada esa evolución digital, pero es también importante que las PYMES asuman y conozcan los beneficios de la digitalización para poder ser competitivas y asegurar su subsistencia a corto y medio plazo. La Universidad Pontificia está realizando especial seguimiento a tecnologías digitales como la inteligencia artificial aplicada a la analítica avanzada de datos, internet de las cosas o blockchain, que están teniendo un impacto directo en el aporte de valor y de competitividad global de las administraciones públicas, las empresas y los ciudadanos permitiendo ahorro de costes, clientes más satisfechos, mayores oportunidades de expansión, fomentar el trabajo en equipo.

En el caso de la Pontificia ¿cómo ha sido la transformación?

La Universidad Pontificia de Salamanca partió de una situación ventajosa ya que contaba, en el inicio de la crisis, con una estrategia digital y una hoja de ruta de proyectos prioritarios para continuar con la evolución tecnológica de la organización. Todos ellos centrados en la transformación desde dos grandes vertientes: digitalizar canales y plataformas de comunicación orientados al desarrollo educativo y modernizar los procesos y procedimientos académicos y administrativos para ser más ágiles y eficientes. Desde la irrupción de la Covid-19, la ejecución de dichos proyectos ha tenido que cambiar su orden. Entre otras cuestiones, se priorizó el paso de la docencia presencial al entorno virtual en 48 horas poniendo todos los esfuerzos en el seguimiento y mejora de las plataformas virtuales de enseñanza-aprendizaje para asegurar que todos los estudiantes UPSA recibían su docencia, tutorías, evaluación y contacto con los servicios centrales de la Universidad garantizando los estándares de calidad y sin perder el trato individualizado y ‘personal’, valor fundamental de la UPSA en su modelo de enseñanza.

¿Cuál es la apuesta de la Pontificia para el próximo curso?

La UPSA seguirá apostando por la transformación digital como medio para impulsar el cambio de la institución y el posicionamiento de la Universidad entre las primeras de nuestro sector. Somos conscientes de que la coyuntura actual debe contar con la transformación del modelo educativo y, para ello, la tecnología es una palanca clave en la actual era digital. En este sentido, se pondrán al alcance de nuestra comunidad universitaria diferentes recursos como herramientas para el teletrabajo colaborativo, un nuevo ecosistema virtual de aprendizaje más moderno e intuitivo, creación de aulas híbridas que combinarán clases presenciales y online síncronas e interactivas, abastecimiento de equipamiento informático de préstamo a los estudiantes para reducir la brecha digital y que nadie pueda quedar fuera por falta de recursos tecnológicos.

¿Pueden convivir los dos modelos: el presencial y el online?

Una vez superado con éxito el segundo semestre en formato virtual -13 mil clases, más de 125 mil asistentes, más de 800 exámenes virtuales y 18 mil entregas de pruebas de evaluación por parte de los estudiantes-, la docencia híbrida marcará el próximo curso de la Universidad Pontificia para aquellas titulaciones presenciales. Asimismo, se aumenta de manera considerable la oferta de titulaciones en modalidad online. Para el primero de los casos, no queremos renunciar a la docencia presencial porque es seña de identidad de nuestra enseñanza universitaria, pero vamos a incorporar la posibilidad de una presencialidad adaptada en la que se combinen presencialidad y no presencialidad sin perder ni un ápice en la calidad de la enseñanza. En este sentido, la clave del éxito de este tipo de docencia estará en la correcta combinación de los grandes beneficios de la formación en un entorno presencial y las indudables bondades del uso de las herramientas tecnológicas en el entorno online. Con la creación de las aulas híbridas, el estudiante podrá seguir en directo de forma síncrona e interactuar con la clase desde su casa como si estuviera presencialmente en el aula a través de la plataforma virtual. Sin duda, los beneficios de este modelo de docencia son una gran oportunidad para nuestros alumnos y futuros alumnos. Con este sistema, la Universidad está apostando por una total transparencia con el estudiantado para que estos conozcan en todo momento los posibles escenarios que podrán afrontar en función de la evolución del virus Covid-19 y de las decisiones de las autoridades sanitarias al respecto.

¿Cuáles son las claves de la transformación digital?

El principio básico es entender al consumidor y poner el foco en la experiencia del cliente para garantizar el éxito de cualquier organización. Además, es muy importante tener una hoja de ruta alineada con una estrategia digital correcta y realista. Por ello, la óptima planificación es vital para afrontar con las mejores garantías una realidad de mercado exigente y muy cambiante. Partiendo de esos principios, transformar digitalmente la organización significa escoger qué herramientas tecnológicas serán necesarias para evolucionar nuestro negocio desde una perspectiva holística. Este proceso debe ir totalmente alineado con una reinvención de la empresa y un cambio cultural que afecta a los procesos, los procedimientos, los hábitos y los comportamientos de las empresas y las personas, que gracias a las tecnologías digitales mejoran su capacidad de hacer frente a los retos que suponen los nuevos tiempos.

¿Los ciudadanos responderán ante este cambio positivamente?

Los ciudadanos somos conscientes de los grandes beneficios de la tecnología en la actual era digital. Durante la etapa de confinamiento hemos comprobado que, por ejemplo, las herramientas de videoconferencia nos han hecho más llevadera la coyuntura sanitaria. Un punto importante para poder realizar un correcto uso de la tecnología es la alfabetización digital. El acceso a un mundo digitalizado solo puede realizarse desde una sociedad digitalizada. En este aspecto, la capacitación digital dirigida a toda la sociedad, desde cualquier sector y ámbito, es una prioridad que nos concierne a todos y que debería impulsarse desde los gobiernos, ya que son los que tienen una visión de la sociedad desde una posición más global.