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Hormiga natural y artificial, en el torno de montaje.
Por qué aparecen ahora las hormigas voladoras

Por qué aparecen ahora las hormigas voladoras

En esta época los mosqueros desempolvan sus imitaciones de “Hormigalada” para cerrar la temporada truchera

Domingo, 27 de septiembre 2020, 16:36

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Las primeras tormentas otoñales despiertan el instinto reproductivo en las hormigas voladoras. Los hormigueros están formados por una colonia donde la mayoría de las hormigas son obreras, estériles y carentes de alas, contando también con machos y hembras fértiles que levantarán el vuelo abandonando la colonia en busca de pareja para aparearse con la finalidad de formar nuevos hormigueros.

El apareamiento sucede en el aire, por lo general con hormigas aladas de otros hormigueros cercanos, con las que forman enjambres seleccionando dentro de ellos las parejas para aparearse en pleno vuelo. Una vez realizada la fecundación, los machos caen y la gran mayoría de ellos mueren, y las hembras después de perder sus alas, buscarán el lugar idóneo para la formación de nuevos hormigueros donde ostentarán la condición de reina. Durante este mágico proceso, caerán a ríos y aguas embalsadas, empujadas por el viento, donde servirán de alimento a los peces.

Las eclosiones se producen en la época otoñal comprendida entre finales de septiembre y principios de octubre, por ser época de lluvias con temperaturas suaves que facilitarán la posibilidad de escarbar la tierra y esquivar con más facilidad a los depredadores, para finalmente formar nuevos hormigueros.

Esta ansiada época, esperada por muchos pescadores, principalmente de mosca seca, es aprovechada para realizar los últimos lances de la temporada a las esquivas truchas y sobre todo para tentar a las carpas y a los recelosos barbos en la superficie del agua.

A la hora de montar estas imitaciones, el pescador deberá tener en cuenta las proporciones del insecto donde, los machos tendrán la cabeza y el cuerpo más pequeño que las hembras, no así el tórax que será más grande, siendo de color negro intenso, variando el color y tonalidad de las hembras entre el rojizo y el marrón.

El pescador podrá observar en las orillas de los embalses cómo se amontonan cientos de diminutos cadáveres de color negro que atraerán a multitud de peces, no faltando al festín los apreciados barbos por el pescador de caña.

Es el momento de colocar en los terminales una buena imitación de “Hormigalada” ya que el barbo, en estas situaciones suele bajar la guardia, volviéndose menos esquivo y mucho más confiado. Llegó el momento ansiado que debe ser aprovechado para capturar al gran superviviente de los ríos peninsulares, el barbo.

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