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Pesca de barbos en el embalse del Burguillo.
Pesca con mosca seca o a la allerana

Pesca con mosca seca o a la allerana

Es un método similar al utilizado en Japón, y que se denomina Tenkara, y ha nacido en el río Aller del Principado de Asturias

Lunes, 15 de marzo 2021, 09:11

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La pesca a la allerana, es una modalidad cuya técnica nace en el norte de España, concretamente en el río asturiano, Aller. Se trata de una forma de pescar truchas muy parecida a la practicada en la parte opuesta del mundo, concretamente en Japón, con pequeñas variantes en cuanto al equipo y a las moscas utilizadas, allí utilizan moscas ahogadas y en España moscas secas. El equipo consta de una caña telescópica que puede oscilar entre los 5,5 y 6 metros de longitud, un pequeño carrete denominado en el concejo de Aller “carramplina” y un terminal de la misma longitud, confeccionado aproximadamente por dos metros de hilo trenzado o dracon y el resto hasta la mosca de monofilamento del Nº 16 o 18, aunque algunos pescadores confeccionan un bajo anudado con distintos monofilamentos en disminución, al igual que se confeccionan para la pesca tradicional con cola de rata.

Las cañas no llevan anillas, por lo que el hilo va por dentro de los tramos, suelen fabricárselas los propios pescadores adaptando las de otras modalidades, reforzando los empalmes y modificando el porta carretes y la puntera.

El carrete tiene la finalidad de almacenar línea para poder trabajar las capturas y ganar un metro o dos en la distancia de posado de la mosca lanzada.

La pesca a la allerana se diferencia de la pesca con varal y otras técnicas similares básicamente en la forma de posar la mosca en el agua. En la pesca con varal la mosca no se lanza, sencillamente se baja la puntera y aprovechando la longitud de la caña se posa la mosca sobre el agua. En la pesca a la allerana la mosca se proyecta lanzándola mediante una técnica similar a la utilizada en la pesca con sedal pesado, realizándose en todo momento falsos lances con la finalidad de secar la mosca, siempre de forma perpendicular a la corriente. Únicamente tocará el agua la mosca, deslizándose por la corriente sin dragado como lo hacen las moscas naturales; el hilo nunca deberá tocar el agua, por ello el viento será el peor enemigo de este método de pesca, siendo una técnica excelente para pescar ríos de montaña despejados y excepcional para tantear el agua batida de las chorreras donde se podrá aprovechar al 100% la deriva. La única dificultad que encontraremos será la clavada ya que la subida y tomada de la mosca será a la velocidad del rayo, obligando al pescador a una concentración extrema.

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