Triunfo del Salamanca UDS en Valladolid: Emaná consolida el playoff (0-1)

La afición del Salamanca UDS navegó contracorriente para llegar al anexo de Zorrilla. La gente se buscó las vueltas para no perderse el choque de Valladolid, que por comodidad en el desplazamiento y por el rival era cita imprescindible. Unos 50 seguidores blanquinegros a mayores de las 90 que había fijado el conjunto blanquivioleta alcanzaron el anexo después de brujulear entre la marabunta de aficionados al rugby que, una hora antes de que arrancara el partido de Segunda RFEF, abandonaban el campo de LaLiga.

El esfuerzo hecho por la gente el equipo lo agradeció con un nuevo triunfo; el quinto consecutivo, el cuarto lejos del estadio Helmántico… Es decir, un estado de felicidad que hacía mucho tiempo no se vivía entre la parroquia albinegra. Pero más allá del triunfo, el conjunto albinegro firmó un encuentro tan serio como eficaz. Fue un gusto ver controlar el choque con y sin balón de esa manera.

Con Dueñas al frente de la nave el Salamanca UDS no cambió mucho con respecto a los encuentros precedentes. «Hay que corregirles poco en los partidos…», esbozó con una sutil mueva interlabial Chiapas en la previa, hablando sobre su ausencia este encuentro en el banquillo por sanción. Y lo cierto es que este conjunto blanquinegro se sabe ya de memoria cómo imponer su autoridad en los partidos. Y más fuera de casa, donde no ha fallado en lo que va de temporada. El conjunto albinegro salió a la expectativa, le cedió el balón al Real Valladolid Promesas y esperó a ver por dónde iban los derroteros del partido. Con estar ordenandos y serios en el choque le bastó para cogerle el aire al encuentro en menos y nada. Había levantado tímidas palmas el filial blanquivioleta por una ronda de pases deletreada al primer toque cuando Emaná en un verbo le metió el miedo en el cuerpo al filial pucelano. Con embolsar un balón largo de Murua con el pecho le bastó para generarse el disparo. Aceves estuvo acertado. Pero más en el segundo remate que tuvo Emaná en este primer tiempo. El meta pucelano le sacó una mano soberbia a un zurdazo raso y ajustado al poste derecho. Acto seguido, fue el palo quien salvó al filial del Promesas. Juancho caracoleó como él solo sabe en el vértice del área antes de sacarse un gran derechazo, que el poste dejó en nada.

Para entonces el Salamanca UDS ya había hecho mucho para haberse puesto por delante. Sin muchas alharacas, pero firmando un fútbol directo y simple que fue imposible de frenar para el conjunto de Álvaro Rubio. A todo esto, hay que sumar la movilidad no solo de Juancho, sino de Alvarito y Caramelo. Con sus constantes permutas de posición volvieron loca a la bisoña defensa blanquivioleta. En uno de esos cambios de puesto, el Salamanca UDS volvió a encontrar a Emaná, que ahora ya no perdonó. Sólo, en la frontal del área pequeña, superó con una deliciosa vaselina a Aceves para poner en ventaja a los albinegros.

La respuesta del Real Valladolid Promesas fue la de un niño enrabietado. Ortuño estrelló un cabezazo de libro en el travesaño de Eric Ruiz (que fue un mero espectador durante la primera mitad) antes de que se llegara al descanso.

Dueñas tampoco cambio nada en el arranque del segundo tiempo. Y el Promesas, por más que Álvaro Rubio encadenara ventanas de cambio, tampoco. Principalmente porque el conjunto blanquinegro siguió férreo cuando no tenía el balón. Los dos arreones que tuvo el filial blanquivioleta los repelió con la contundencia de un equipo de playoff. Más allá de eso, cada vez que pudo, el Salamanca UDS se lanzó a por la portería de Aceves con descaro. Sin sumar tantas ocasiones como en el primer tiempo, tuvo oportunidades para haber ajusticiado el encuentro antes de la hora. La más clara de todas ellas fue un remate con la plancha del pie de Murua en un balón parado en el inicio del segundo tiempo. No lo echó de menos el conjunto blanquinegro al término del encuentro, que consolida su condición de equipo de fase de ascenso a Primera Federación.

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