Padre e hijo, raíces en el Helmántico

Siguiendo a menudo los entrenamientos del Salamanca UDS hay una cara conocida para algunos, sin perderse detalle de lo que sucede sobre el campo, especialmente en el lado de los guardametas. Se trata de Israel González, que fue canterano de la UDS antes de iniciar una larga carrera profesional que le llevó al Atlético Madrileño, Levante, Toledo, Cádiz o Guijuelo, entre otros muchos. El motivo es que su hijo, Imanol, está allí con el primer equipo, aunque sea bajo los palos. Para el progenitor, un consumado goleador, es una pequeña 'traición', aunque está encantado con que sea futbolista «porque es lo que le gusta». Evidentemente el hijo no puede recibir consejos técnicos, pero sí que ha tenido claras enseñanzas: «Me habla de lo duro que es el fútbol a veces y todo lo que puede suceder en el día a día. Que nunca sabes cuando te puede llegar la oportunidad y hay que estar preparado por si acaso».

Aunque el regreso de Jon Villanueva está cada vez más cercano y Eric Ruiz está cumpliendo en la portería, Imanol tiene toda la confianza en sí mismo: «Me veo preparado desde el año pasado para defender la portería del Salamanca UDS. Sé que el día que me llegue la oportunidad lo voy a hacer genial, porque me preparo a conciencia para ello».

No fue con el primer equipo, pero en el final de hace cuatro temporadas sí que pudo debutar en el Helmántico, con sólo 16 años, en las filas del filial. Y esto fue lo que le pasó a su padre ese día: «Tuve que salirme del estadio porque me pongo demasiado nervioso. Pero a la vez me dio mucha alegría y espero verle jugar en el Helmántico alguna vez. Le puede tocar y estamos expectantes. Yo le digo que siga trabajando duro y que si le llega la oportunidad, la aproveche». Imanol tiene un claro recuerdo de aquel 20 de junio de 2021: «Fueron sólo 45 minutos, pero para mí fue como un día entero».

Mientras termina uno de esos entrenamientos con el primer equipo, Israel aclara que no le influyó para que quisiera ser futbolista: «Siempre le he dicho que hiciera lo que quisiera. Fue cosa suya desde pequeño. A veces sí que me pregunta y curiosea, pero no me vio jugar. En casa tenemos un montón de recuerdos de cuando yo jugaba y de vez en cuando los ve y le cuento anécdotas, pero poco más. Lo que si le digo es que intente hacerlo bien y que se esfuerce entrenando, que trabaje. Y algo que yo siempre tenía en la cabeza: que nunca nadie le diga cuando salga de un campo que no lo ha dado todo y que tenga que salir con la cabeza gacha. Que lo haga con la cabeza alta y contento de lo que ha hecho».

Teniendo un padre delantero, Imanol explica por qué se decantó por la portería: «Cuando era pequeñito me gustaba poco correr ». Lo de jugar en el Helmántico y poder tener una carrera como la de su padre es algo muy especial para él: «Me enseñaba fotos y me decía lo que representaba el Helmántico para la ciudad y ahora es un orgullo estar ahí. A estas alturas él tenía una carrera mejor, pero ojalá pueda llegar a alcanzarle por todo lo que consiguió». Pasión, condiciones y trabajo no le faltan. Pero por si acaso, Israel le recordó sobre el césped lo duró que es: a sus 52 años y sin calentar, le tiró un penalti que su vástago no pudo detener.

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