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El partido que devuelve la Copa del Rey al estadio Helmántico ocho temporadas después se ha abierto con un impresionante minuto de silencio por las víctimas mortales que ha dejado en las últimas horas la DANA que ha azotado el Este peninsular, especialmente en la provincia de Valencia donde hay decenas de muertos y desparecidos.
El silencio ha sido sepulcral tanto en las gradas como en los dos semicírculos formados por los jugadores del Salamanca UDS y la AD Alcorcón. Una espectacular ovación ha cerrado el minuto de silencio que, en el Helmántico, abrió el silbato del colegiado Javier Figueiredo Comesaña.
Cabe recordar que este recuerdo a las víctimas se ha desarrollado en todos los encuentros de Copa del Rey que se disputan en la jornada de este miércoles.
En medio del minuto de silencio, la tragedia ocurrida en 1993 en un UDS-Gimnástica Torrelavega estuvo más que presente. Aquella noche, un 19 de junio de 1993, una espectacular tormenta de lluvia, granizo y aparato eléctrico obligó a suspender el partido entre Salamanca y Gimnástica Torrelavega porque el estadio se inundó. Sin embargo, la peor parte de aquella tormenta fue para un seguidor del Salamanca, que murió calcinado en su propio coche cuando éste fue aplastado por el muro que separaba las piscinas del Helmántico del aparcamiento. El muro cayó a causa de un rayo que, después de golpear en un árbol, provocó a su vez el derrumbe del muro. El coche comenzó a arder a los pocos segundos y el aficionado murió calcinado al incendiarse su automóvil.
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