Un equipo de fútbol cadete de Salamanca retirado... por obligación
La norma FIFA de protección a la infancia, la culpable: «De 11 niños solo podían jugar 3»
La Delegación de Salamanca, por fin, esta temporada ha logrado su objetivo de 'renuncias cero': «No puede ser, los clubes tienen que ser conscientes del daño que hacen al resto», afirmó Miguel Hernández a este diario en su última entrevista. Y, así, se ha pasado de una temporada a otra, de tener hasta 7 equipos apuntados que finalmente no compitieron (y un 30% de las Ligas afectadas) a tan solo 1. Y, para su desgracia, no ha sido por voluntad propia. El caso es sangrante. «Una tragedia», lo definen desde el propio Jai Alai, que ha tenido que desinscribir a su cadete por obligación. Todo comienza con una inscripción en tiempo y forma para disputar esta temporada la Segunda División de cadetes, de partida, con un vestuario justo de 11 jugadores, esperando poder 'pescar' algún fichaje de chicos con los 14 y 15 años con los que se juegan en la categoría para poder ampliar el vestuario y sino, mientras tanto, ir tirando de infantiles para tener «algo de banquillo».
Sin embargo, los planes del equipo saltaron por los aires a la hora de tramitar la inscripción: siete de sus once jugadores tienen nacionalidad extranjera y el sistema 'Novanet' encendió su particular alerta roja en la RFCyLF, ordenada por la FIFA. La norma de protección a la infancia, una vez más, ha frenado en seco que niños que residen legalmente en Salamanca (escolarizados, con tarjeta de la Seguridad Social...) puedan jugar al fútbol —y en este caso no durante tres o cuatro meses, sino ya toda la temporada— hasta que no presenten toda la documentación procedente de sus países de origen demostrando que sus padres no van a sacar 'tajada' porque sus hijos jueguen al fútbol.
Ya ha quedado demostrado por activa y por pasiva que a la FIFA le da igual en qué club se quiera jugar: no es que el Manchester City o el PSG —que es por quien se crea la norma para «futbolistas extranjeros menores de edad» con el fin de evitar que niños sean sustento de una familia— sean lo mismo que el Jai Alai, no, pues establece las diferencias entre 'profesional' o 'aficionado'; pero la documentación que llega a pedir acaba con esas diferencias. Once, doce y hasta catorce papeles llega a exigir, en función de la situación de cada jugador, a los clubes y a las familias para que los menores puedan acabar jugando: 'Prueba de que se cumple la regla de no vivir a más de 50 kilómetros', 'petición de transferencia de la inscripción'... y así hasta el 'contrato de trabajo del (los) progenitores'.
Consciente de que el equipo se estaba metiendo en un callejón sin salida, el Jai Alai estableció un plan de contingencia: para empezar, arrancar la temporada con los cuatro jugadores con licencia activa completando el equipo con infantiles; y, para seguir, solicitar por activa y pasiva a la Delegación que les ayudara con la tramitación de los papeles. En cualquier de los dos casos, los resultados acabaron por llevar a la renuncia al cadete del Jai Alai. Para empezar, porque la respuesta al SOS lanzado a la administración fue desoído y los tramites se eternizarán: «Nos dicen que como otros años»; y, en segundo, porque el resultado de jugar con infantiles salió mal: 0-29 acabó perdiendo ante el Pizarrales B en la primera jornada...
«Los padres de los niños que tuvieron que hacernos el favor de jugar pese a que no era su categoría se disgustaron mucho, y obviamente también los propios niños. La situación, evidentemente, era insostenible: así podíamos estar esa primera jornada y esta de ahora (que ya no se jugó contra el Hergar), pero no más», explica Carlos, coordinador de la entidad verdinegra. «Visto lo visto, no podíamos tomar otra decisión. Ha sido una tragedia porque teníamos los niños y era el único equipo cadete que teníamos apuntado esta temporada», se lamenta.
La retirada, además, conlleva otra serie de «tragedias» a futuro para el Jai Alai. En este sentido, el Artículo 152 del Reglamento General especifica que «tal decisión implicará la pérdida de todos los derechos adquiridos hasta entonces en la competición de que se trate (en este caso la Segunda cadete) y el descenso del equipo a la división inmediatamente inferior a la que compitió la temporada anterior (en caso de contar con equipo para el año que viene arrancaría en la Tercera división)».
Y hasta aquí la triste historia de este Jai Alai cadete que solo pudo disputar un choque de Liga (y no pudo celebrar un gol)y que se vio obligado a abandonar una Segunda cadete que ahora queda conformada por 13 conjuntos y que suplirá el adiós del conjunto del Rosa Colorado por un «descansa». Además de que la goleada encajada en la primera jornada que le endosó el Pizarrales ha quedado clasificatoriamente como si ese choque no hubiera existido nunca.
