El Guijuelo, en un pozo casi amateur
El club chacinero tras caer dos categorías jugará en la Tercera RFEF, quinto nivel nacional, en una Liga de 18 equipos en la Región donde Ávila o Arandina serían los rivales a priori más potentes. Muchos de los futbolistas de esta categoría no son profesionales
El Guijuelo vivirá la próxima temporada la consecuencia más dura y cruel del formato express que diseñó la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) este curso para enmendar que en la Liga 2019-2020, que no se pudo acabar por el coronavirus, no hubiera descensos. Los chacineros han caído de la Segunda B este curso, tercer nivel nacional, a la Tercera RFEF, quinta categoría para el próximo curso. Son dos escalones que son un abismo para el Guijuelo.
Los chacineros pasarán de medirse a equipos como el Deportivo, Pontevedra o el Salamanca y el Unionistas a hacerlo a Arandina, Ávila o La Virgen del Camino. Una de las principales diferencias, además del nivel competitivo de los rivales, es que un gran porcentaje de los futbolistas de esta categoría no son profesionales y tienen que alternar sus trabajos para tener un ingreso económico con su afición al fútbol entrenando en muchos casos por la tarde.
Tendrán que adaptarse a esta nueva realidad. En el caso de los salmantinos sus nuevos rivales serán el Salamanca B y el Santa Marta, si consiguen la permanencia, algo que tienen encaminado aunque no certificado al estar ahora en puestos de permanencia. El Peñaranda está a seis de la salvación a falta de cuatro jornadas. El Guijuelo además se podría batir el cobre con Ribert y Ciudad Rodrigo, que están ya clasificados para el playoff de ascenso de Regional a Tercera RFEF. El Monterrey está a tres puntos del Villaralbo y todavía podría meterse en playoff en la última jornada.
La Tercera RFEF se dividirá en un grupo por cada comunidad de 18 equipos cada uno, donde el campeón subirá directo a Segunda RFEF y del segundo al cuarto se clasificarán para los playoff de ascenso. El Guijuelo será el rival a batir el próximo curso en Tercera RFEF tras venir de estar 15 años en Segunda B, pero la entidad chacinera, que reducirá su presupuesto de forma considerable, deberá volver a sus orígenes y mudar su piel de club profesional a una entidad que convive con el fútbol de barro.