Al Guijuelo se le aparecen los fantasmas del pasado y se le escapa la victoria en el tiempo añadido ante el Compostela (1-1)
Un tanto de Baleato en el último momento del choque puso las tablas en el marcador. Kamal adelantó a los locales
Ni el mercado de invierno, ni el mes y medio parados entre coronavirus y temporales de nieve; y ni siquiera tener una semana completa de entrenamientos [algo que la jornada pasada ni siquiera tuvo] le han servido al CD Guijuelo para desenterrar los fantasmas del pasado. Los de la primera parte de la temporada, vamos; los mismos que lo tienen sumido en el pozo y sin levantar cabeza. Al conjunto chacinero parece que se le han quedado a vivir en el vestuario. Y con ellos la imagen fija de la cabeza baja y la frase del “fútbol nos debe...” con el que termina cada partido. Ante el Compostela, más de lo mismo. El caso es que el equipo iba ganando, no con el brillo de otras veces, pero ganando al fin y al cabo; y a penas sufría hasta que los fantasmas transformaron en el minuto 89 un disparo desesperado de Baleato desde tres cuartos de campo en el balón del empate del Compostela... Increíble, pero cierto. Otro mazazo. Más duro que cualquier otro de los encajados hasta la fecha. Las patadas de Salcedo al balón ya dentro de su red y después al palo lo decían todo...Y ese todo era un punto después de ir 50 minutos por delante en el marcador.
En concreto desde el 39 de un primer tiempo que se dibujó como el día, plúmbeo; ahora bien, eficaz como él solo. Que al fin y al cabo es lo que contaba hasta que llegó el tanto del empate. Con el minuto 94 alcanzado. Un primer tiempo en el que el Compostela no tiró entre los tres palos pero metió más miedo que cuando Baleato armaba la pierna para disparar, en lo que parecía un intento a la desesperada. Y lo parecían, porque en primer lugar Brais Abelanda, por ejemplo, parecía que se comía el campo camino del mano a mano con Salcedo, pero cuando todo estaba preparado para el encuentro entre el atacante gallego y el portero, apareció Josín de la nada para cortar en seco la acción. Y en segundo lugar porque la otra ocasión del Compostela que parecía más clara que el disparo de Baleato aunque tampoco llegara a dirigirse hacia los tres palos nació de las botas de Miki Villar, que sacó rasa y con todo el veneno del mundo una falta lateral, que por h o por b no llegó a rematar bien Soto tras haberse pasado por delante de 18 de los 22 jugadores sobre el terreno de juego... El Guijuelo, apaciguados los ánimos del Compostela, apareció en ataque; primero con una falta que estrelló por dos en la barrera Antonio Pino [en el lanzamiento y en el rechace], después con un Zamorano se quedó solo delante de Pato Guillén tras ‘comerse’ la defensa del Compostela un balón de tira líneas que había mandado Kamal, y que ni el propio extremo se la debía de esperar, porque a Guillén le dio tiempo a ganarle la acción.
Empatados en ocasiones desperdiciadas, el CD Guijuelo desequilibró la balanza a modo de quite del perdón para Zamorano. El argentino centró perfecto un balón desde el costado derecho al área; y allí emergió Cerro para aguantar el balón en mitad del forcejeo con los centrales y para mandar, previo rechace, el balón a los pies de un Kamal que apareció con el ‘9’ a la espalda y no con el ‘8’ que lleva para fusilar a placer a Guillén.
El Guijuelo se ponía por delante en su final por la supervivencia. Y pudo haber logrado una renta mayor si Pato no vuela para sacarle un zapatazo made in Pino con toda la intención con el minuto 45 ya superado... Y como le pasara contra el Racing de Ferrol, al final esa ocasión pesó en el recuerdo. Pues tras una intervención de Salcedo y otra salvada por Kamal, llegó Baleato lo intentó, parecía que a la desesperada, y dejó al CD Guijuelo compuesto y sin triunfo.
