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Estado del río Tormes en uno de sus tramos trucheros.
Final agónico para la pesca en Salamanca

Final agónico para la pesca en Salamanca

El cierre de compuertas en Santa Teresa marca la temporada truchera en aguas tormesinas

Lunes, 14 de octubre 2019, 22:17

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El día 15 de octubre finaliza la temporada para la pesca de truchas en todas las aguas de la comunidad castellano leonesa, fecha que bien podían haberla adelantado en Salamanca y no engañar a los pescadores con permisos de pesca para tramos donde es imposible ejercer la pesca, tramos totalmente candados por plantas acuáticas que proliferan al estar cortado el río y no correr el agua, donde utilizar una cucharilla, una pequeña ninfa, incluso una mosca seca, es un ejercicio imposible y lo único que se pesca es un cabreo monumental y plantas acuáticas.

Se cierra una temporada irregular que comenzó con escasez de agua y que finaliza de la misma manera, con unos cotos magníficos para el ejercicio de la pesca que actualmente presentan un estado lamentable al estar el río cortado y tener un caudal paupérrimo de agua.

El agua, bien cada vez más escaso y los ríos que la transportan, son tratados como si no valieran nada, como un negocio cualquiera. Las necesidades intrínsecas al propio río y su entorno, nunca se tienen en cuenta, nadie repara en ello, que hay que regar, se abren compuertas como si no hubiera un mañana, soltando hasta 40 cm. cúbicos de agua durante meses; que termina la temporada del riego, se cierran compuertas hasta dejar el río seco, algunos días incluso por debajo de un metro cubico de agua, lo que necesita el río poco importa, si se canda prácticamente entero de ovas, si se colmatan sus orillas de lodos, si el agua se caliente o se oxigena, si los animales que lo habitan, peces, anfibios e insectos puedan vivir en él sin problemas, el río se gestiona exclusivamente en función de unas necesidades que el hombre se crea, poco importa lo que el río demanda, o las consecuencias que se generen por una gestión pésima.

Se coloca una vez más al final de la fila la conservación del medio, matando la vida acuática aguas abajo de Santa Teresa y a nadie parece importarle, ya vendrán años mejores, el agua está cogiendo una temperatura donde la trucha, los tricópteros y determinadas efémeras es imposible que sobrevivan, donde el río que es de todos está dejando de ser río al dejar de ser una corriente continuada de agua y todo esto... ¿a quién le importa? Da la sensación que a nadie.

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