Una especie invasora muy dañina ya está en el Tormes

El río Tormes está amenazado de muerte. El impacto que, con el tiempo, generará el siluro, alterando irremediablemente la cadena trófica, pondrá en grave riesgo la supervivencia de especies nativas. Su capacidad de adaptación, su gran voracidad y la ausencia de depredadores naturales lo convierten en un exterminador perfecto.

A pesar de su atractivo para la pesca deportiva, su presencia plantea serios problemas para la conservación de nuestros ecosistemas acuáticos. Existe una necesidad imperiosa de implementar medidas urgentes que mitiguen su presencia. Este pez, cuyo único atractivo para la pesca es su tamaño, se alimenta de una amplia variedad de presas: desde macroinvertebrados y peces hasta anfibios, roedores e incluso aves acuáticas. Se ha convertido en una amenaza seria para la conservación de las especies de peces que habitan actualmente en el río Tormes.

Su control es un desafío complejo que requiere la adopción de medidas y estrategias extraordinarias, entre ellas la información y sensibilización de la población para evitar la translocación de ejemplares. Una legislación con penas acordes al daño que causa es fundamental para evitar que este pez se propague.