Borrar
Barbo capturado en el Tormes cerca del embalse de Almendra.
El gran superviviente de los ríos ibéricos: el barbo

El gran superviviente de los ríos ibéricos: el barbo

Un pez autóctono que ha sobrevivido a contaminación, presas e invasión de especies alóctonas

Domingo, 17 de enero 2021, 14:13

Necesitas ser registrado para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

El nombre común de barbo es compartido por numerosas especies del género Barbus. Pez de río de la familia Cyprinidae propia de Europa, aunque la comunidad científica mantiene un debate abierto respecto a la inclusión del barbo ibérico en este género, considerando la opción de un subgénero de Barbus, separando el barbo centroeuropeo del barbo de Medio Oriente y sur de Europa de origen africano, denominado, Luciobarbus, con el que la Península Ibérica cuenta con nueve especies, siendo las más representativas las pertenecientes a las cuencas del Duero, Tajo y Ebro con el endemismo más extendido de la especie, el barbo Luciobarbus bocagei, también denominado, barbo común Ibérico y los de la cuenca del Guadiana con las especies, Luciobarbus sclateri, denominada por los pecadores de caña como “barbo gitano” y el más agresivo de todos a la hora de tomar los señuelos, el Luciobarbus comizo.

El nombre científico con el que se les denomina a todos ellos, proviene de los órganos sensoriales que le sobresalen al lado de la boca, a modo de barbillones o bigotes.

El barbo común ibérico presenta un cuerpo cilíndrico y robusto, pudiendo superar ocasionalmente el metro de largo. La hembra de crecimiento más rápido, es más grande llegando a alcanzar la madurez sexual a partir del cuarto año. Desova entre los meses de mayo y junio en zonas de fuerte corriente y fondos de grava, depositando entre 35.000 y 60.000 huevos supuestamente venenosos, que se desarrollarán entre el quinto y décimo día. Habita en los embalses y tramos medios de los ríos, siendo sus principales amenazas la proliferación de especies foráneas, como el pez gato, el siluro, la perca americana o el lucio, así como la construcción de infraestructuras hidráulicas, presas y canalizaciones, que le impiden cerrar su círculo biológico, además de la contaminación de las aguas.

Para ser capturado por el pescador de caña, es receptivo prácticamente a todas las modalidades y clase de cebos, desde los más rústicos y ancestrales como la lombriz de tierra, pasando por masillas, aglutinantes, pelet y boilies, hasta los que se utilizan normalmente para especies depredadores, como pececillos artificiales, cucharillas y moscas, todos ellos con buenos resultados.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios