Samu Rivas, tras ser campeón del mundo: «El esfuerzo merece la pena»
El jugador salmantino se llevó el oro por parejas y con la selección española en la FIP Junior World Cup
Samuel Rivas García (Salamanca, 16 de noviembre de 2008) podría ser un joven normal, que cursa sus estudios en el Calasanz con sus compañeros y hace las cosas típicas de su edad. Pero es que además, estamos hablando de un campeón del mundo de pádel por partida doble. Ya lo había sido hace un par de años, pero durante el pasado fin de semana en Reus (Tarragona), este salmantino se alzó con la medalla de oro en la FIP Junior World Cup tanto en la modalidad de parejas junto al madrileño Manu Castaño, como defendiendo los colores de la selección española. Y, aunque su proyección es enorme y él tiene la intención de llegar muy lejos, el lunes ya tuvo que volver a sus clases del Grado Medio de Deportes. Y este martes, al salir de las mismas, relataba su experiencia: «Era un torneo que esperaba con muchísimas ganas durante todo el año confiando en ser uno de los cuatro júniors que recibieran la llamada de la selección, con una ilusión tremenda por dejar a España donde se merece siempre. Y en el torneo de parejas también tenía mucha ilusión y quiero agradecer a mi compañero su trabajo. Ha sido una semana muy larga, pero siento mucho orgullo».
Ser internacional es algo a lo que le da un valor enorme: «Siempre es especial ir a un Mundial por parejas, pero poder defender a tu país es mucho más». Samu Rivas aceptó con deportividad y una gran educación el no haber jugado la final por equipos, aunque había tenido una participación muy importante en las rondas previas: «Uno siempre quiere jugar, pero la semana es larga y los seleccionadores no han podido hacerlo mejor. Ninguno de los cuatro hemos sido egoístas y los que no jugábamos estábamos animando a los compañeros».
Él, en primer lugar, y su familia, saben lo que cuesta compaginar deporte al máximo nivel (al que dedica 4-5 horas diarias) y los estudios: «En la celebración se pudo ver la felicidad por ver premiado el esfuerzo diario de ir tres días a la semana a Valladolid a entrenar, las clases, el gimnasio... Eso es posible por mi esfuerzo, el de mis padres y el de mis patrocinadores, con Joma y Óscar. Así que cuando llega un premio como el del otro día hay que disfrutarlo». Para hacerlo posible, tiene su receta particular: «Es duro, la verdad, pero si uno se lo propone y se organiza, el día es largo y hay tiempo para todo».
En Salamanca hay un gran nivel de jugadores jóvenes de pádel y el campeón del mundo tiene claros los motivos: «Las escuelas hacen un gran trabajo, igual que la Federación de Castilla y León, consiguiendo que cada vez aumente el número de licencias, y creo que se debe a eso».
Él es el primero que confía en sus posibilidades, pero a la vez es cauto al ser preguntado sobre hasta dónde quiere llegar: «El sueño de todo jugador es poder ser número 1 del mundo en el Premier Pádel, pero tengo que ir poco a poco, así que el objetivo es ir poco a poco entrando en los máximos grandes torneos».