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Pescando en el río Belá en Pribylina, montañas tatras de Eslovaquia
Así afecta el cambio climático a la trucha común

Así afecta el cambio climático a la trucha común

Es un hecho contrastado que el planeta se está calentando, lo que provoca que disminuyan los peces de agua fría

Lunes, 15 de agosto 2022, 14:46

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Con un verano asfixiante por el exceso de calor y las previsiones de que va a continuar a lo largo de los años, los pescadores se preguntan si estos excesos de calor y cambios en la climatología de la tierra podrán alterar o influir de alguna manera en el comportamiento y vida de las poblaciones de truchas.

Es un hecho contrastado que el cambio climático está impulsando la disminución de los peces de agua fría, entre los que se encuentra la trucha común de la Península Ibérica, al reducir sus hábitats en lagos, ríos y arroyos.

Este contratiempo, a mayores, está facilitando la expansión de otras especies más adaptadas a aguas templadas, en algunos casos incluso de especies exóticas. Un estudio realizado por la bióloga y profesora de la Universidad Complutense de Madrid, Ana Almodóvar, relativo al calentamiento del agua en la cabecera de varios ríos de la cuenca del Ebro, vaticina un final trágico en las poblaciones trucheras.

Con el estudio, realizado a partir de la motorización de una determinada población de truchas en 12 ríos, se ha llegado a la conclusión de que la subida de temperatura de las aguas está íntimamente ligada a una disminución progresiva en las poblaciones trucheras, vaticinando que la trucha perderá la mitad de su hábitat en 2040 y prácticamente desaparecerá de la Península Ibérica, si no se toman medidas, sobre el año 2100.

Los peces son animales de sangre fría que no tienen mecanismos que regulen su temperatura corporal variando la misma en función de la temperatura ambiental, por ello los expertos sugieren que se deben adaptar las estrategias de conservación a especies específicas que se encuentren amenazadas por el calentamiento global de la tierra siendo de vital importancia para la conservación de especies autóctonas entre las que se encuentra la trucha común. “En el mejor de los escenarios -el que considera un cambio climático más leve- la situación de la trucha es desastrosa”, afirma Ana Almodóvar.

Otros estudios defienden estas teorías llegando a la conclusión de que el cambio climático es el mayor enemigo de la trucha autóctona. Esto, unido a la contaminación, la retención del agua mediante presas, la extracción para el regadío y en muchos casos la sobrepesca, auspician un futuro incierto para la reina de los ríos en el territorio de la Península Ibérica.

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