Jorge Rey alerta de la llegada de una borrasca explosiva que marcará un antes y un después: «Hielos en la cruz de mayo...»

España se prepara para un vaivén climático de grandes proporciones durante las próximas dos semanas, según advierten varios modelos meteorológicos y refranes populares que, una vez más, parecen cobrar vida. Y es que parece que la atmósfera no dará tregua: a las lluvias persistentes y las noches frías que estamos viviendo estos días, les seguirá un episodio de calor súbito procedente del corazón del continente africano.

Este miércoles, 8 de mayo, el país seguirá bajo la influencia de un sistema inestable que dejará acumulaciones importantes de lluvia en el litoral levantino, así como en el centro peninsular —incluyendo Madrid, Ávila, Cuenca y Guadalajara—, e incluso en Canarias. Ademas, el viernes será especialmente duro para Castilla y León, que recibirá el impacto de fuertes tormentas y, durante el fin de semana, el centro peninsular continuará bajo la amenaza de chubascos, con especial intensidad en comunidades como Asturias y regiones del noreste como Zaragoza, afectada por la dinámica del Valle del Ebro.

Respecto a las noches, cabe destacar que seguirán siendo frías, particularmente en el norte. Afortunadamente, no se esperan heladas destacables, aunque el joven meteorólogo burgalés ha recordado con ironía y preocupación el refrán: «Hielos en la cruz de mayo, siempre hacen daño». Pero lo más llamativo está aún por llegar. Y es que la entrada de una gran borrasca en torno al 20 de mayo podría marcar un antes y un después en esta primavera tan agitada. Según las últimas previsiones, este fenómeno podría arrastrar consigo vientos del sur procedentes del interior de África, generando un efecto foehn que dispararía las temperaturas y desencadenaría auténticos días veraniegos en buena parte de la península.

Esta transición brusca —de noches frías y lluviosas a jornadas calurosas y bochornosas— no solo pone a prueba la estabilidad atmosférica, sino también la paciencia de los ciudadanos. Hasta el 19 de mayo, se esperan continuos vaivenes térmicos y tormentas de cierta entidad, especialmente en la franja mediterránea y el norte peninsular.

¿Se tratará, entonces, de una «borrasca explosiva»? Ante esta pregunta, los expertos no descartan esta posibilidad, pero lo cierto es que el mes de mayo, tradicionalmente inestable, parece decidido a confirmar su fama con fenómenos extremos y cambios bruscos que no dan tregua.

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