Dos nuevas familias se mudarán al pueblo abandonado de Castilla y León que fue comprado por dos holandeses

Un pequeño pueblo de Castilla y León ha comenzado una nueva etapa de revitalización gracias al esfuerzo de dos holandeses. Se trata de Bárcena de Bureba, una localidad situada en la comarca de La Bureba, Oca y Tirón, en la provincia de Burgos, a poco más de tres horas en coche de Salamanca. Este pintoresco lugar ha dado el primer paso hacia su transformación después de ser adquirido por los holandeses Maaike Geurts y Tibor Strausz el año pasado por tan solo 350.000 euros en el marco de un proyecto consistente en restaurar las construcciones del pueblo y devolverle su capacidad de ser habitado.

Y es que, durante más de 40 años, Bárcena de Bureba había estado sumida en el abandono. Sus casas se habían convertido en ruinas y no contaba con servicios básicos esenciales como el del agua potable ni el de la electricidad. De hecho, su deterioro y la despoblación habían dejado al pueblo al borde de la extinción, lo que hacía pensar que sería imposible recuperarlo. Sin embargo, la determinación de Maaike y Tibor ha hecho que este pueblo, casi olvidado, resurja como un ejemplo de regeneración rural.

Desde que asumieron el proyecto, la pareja ha trabajado sin descanso, implementando medidas sostenibles como la instalación de paneles solares para generar energía renovable y un sistema para purificar el agua del arroyo cercano, lo que ha permitido dotar al pueblo de lo necesario para vivir de manera autónoma. A través de un enfoque innovador y respetuoso con el entorno, han demostrado que es posible recuperar un lugar sin depender exclusivamente de recursos externos.

Y este esfuerzo no ha pasado desapercibido. La transformación de Bárcena de Bureba ha captado la atención de otras personas interesadas en recuperar zonas rurales de España. De hecho, se espera que este mismo año dos nuevas familias se muden al municipio, atraídas por el ambiente tranquilo y la oportunidad de vivir en una comunidad en crecimiento. Además, tras la visita de estos dos holandeses a Ámsterdam, se espera que más personas se sumen a este proyecto de revitalización, lo que demuestra el impacto que una iniciativa como esta puede tener en la recuperación de pueblos rurales.

En resumen, lo que comenzó como un proyecto personal de restauración ha logrado mucho más: ha dado una nueva vida a Bárcena de Bureba y ha demostrado que es posible revitalizar zonas rurales a través del esfuerzo, la innovación y el compromiso con el territorio. Este tipo de iniciativas no solo aportan un nuevo futuro a pueblos en peligro de desaparecer, sino que también son una clara muestra de cómo la sostenibilidad y el trabajo en equipo pueden ofrecer soluciones a problemas estructurales que afectan a muchas comunidades rurales en España.