SOS para el aceite de oliva de Salamanca

El coste del transporte del alperujo -subproducto obtenido con todo lo que sobra de la aceituna cuando se extrae el aceite- es un quebradero de cabeza para las almazaras de la provincia, hasta el punto de que advierten que puede significar el fin de la producción de aceite de oliva en Salamanca. El problema es que es necesario eliminar el alperujo -sirve para producción de energía, alimento animal, fertilizante...- y por ello su traslado obligatorio a empresas transformadoras. Esto significa que cada día que abre la almazara de Sotoserrano supone un coste de transporte de unos 400 euros, según señala su presidente, Vicente García, porque su destino es Cáceres. En el caso de la Aldeadávila, el coste de campaña es de unos 15.000 euros, y aunque esta es de titularidad municipal se trasladan los costes a los agricultores. En el caso de la de Lagunilla, este gasto extra ha hecho que la cooperativa, formada por 90 socios, haya reducido la campaña de aceite a una semana, destinando la mayoría de su aceituna a su venta para verdeo. Este año se quedarán en 70.000 kilos de aceituna para aceite cuando en campañas anteriores la media estaba en medio millón.

Una opción es crear balsas, de ahí que mantuvieran conversaciones con la Junta. Son conscientes de que la solución no es fácil porque las almazaras salmantinas están muy distantes y una única balsa supondría también altos costes. La situación pone en peligro la rentabilidad del olivo, que en estas zonas es de la variedad manzanilla cacereña, de rendimiento bajo (10 litros de aceite por cada 100 kilos de aceituna). También hay almazaras en Ahigal y Villarino.