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La Feria es de grandes y pequeños y en ella este año hay alguien muy especial que se ha ganado la simpatía de los ganaderos y de los visitantes. Se llama «Rumba» y se ha convertido, sin quererlo, en una de las estrellas de esta Salamaq 2024. Es una ternera de raza charolesa que ayer cumplió sus 9 días. Nació antes de lo previsto y su madre ya había superado las pruebas sanitarias para asistir a la Feria y también la exigente selección para concursar en el certamen nacional. El parto no cambió los planes y su propietario, Ángel Bravo, con la explotación en Fuentes de Oñoro, decidió llevar a Marina y a su hija a la feria.
Y «Rumba» es tan chiquitita, que Ángel ha decidido que esté suelta por la feria. Es ella la que se acerca a su madre, charolesa castaña, para mamar, y también es ella la que se aleja cuando está cansada o asustada. Entonces el lugar donde encuentra protección es en la paja, junto a su madre, entre pesebres y lejos del alcance del público pero no de sus miradas, porque llama tanto la atención que puede ser una de las más fotografiadas. Luego, y según desvela Ángel, una vez que se cierra la Feria y los visitantes abandonan el recinto y poco a poco también los ganaderos, «Rumba» agranda su leyenda al encontrar su mejor cama en la arena donde se celebra estos días el concurso nacional de charolés. «Ella va por libre», dice Ángel, que a primera hora la lava y se preocupa de que coma. Luego ya sabe que cuando lo necesite, se acercará a Marina. Ahí va «Rumba» con su collar. De perro, por cierto. Es tan pequeña, que no le hace falta otro más grande.
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