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Indalecio con la vara ahora en plena cosecha de almendras y con el paraguas extendido para recogerlas y descascarillarlas.
La pasión por los almendros en Arribes

La pasión por los almendros en Arribes

Indalecio Pérez supo desde niño que estos árboles y en lo que pudo se compró una parcela y hoy es uno de los mayores productores de Vilvestre

Miércoles, 16 de septiembre 2020, 11:16

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Ni un año como este, malo en precios, le quita la sonrisa ni la pasión al hablar de sus almendros. Indalecio Pérez sabía desde niño que quería tener estos árboles porque le atraía su cultivo y porque con las primeras almendras que recogió se pudo comprar su primer reloj y eso se le quedó grabado.

Hace 30 años y después de un periplo que le llevó a Alemania o a trabajar en hostelería en Salamanca, vio que había una parcela a la venta en Vilvestre con almendros y no se lo pensó. Ahora tiene unas 11 hectáreas con cerca de 3.000 árboles, en un año bueno consigue unos 20.000 kilos de almendras y se ha convertido, gracias al amor a estos árboles que también transmitió a sus hijos, en uno de los mayores productores de esta localidad. Jubilado, disfruta cada día de sus almendros con la ilusión del primero y decide junto a sus hijos cada paso de la explotación.

“La primera es la marcona y la segunda, largueta”, dice Indalecio señalando dos árboles de 70 años con almendras aparentemente iguales pero que él reconoce prácticamente con los ojos cerrados. En su explotación la mayoría de la almendra es largueta aunque luego su teoría es que “hay que mezclar”. Con lo que más disfruta es con los injertos, con el cambio de variedades y no solo al almendro, también a olivos o naranjos.

Ahora, en plena cosecha, Indalecio lamenta la poca producción de los árboles y también el precio bajo. Lo primero no se lo explica porque hay algunos almendros sin nada de fruto y a apenas 6 metros, otros de los que puede sacar entre 5 y 10 kilos, incluso alguno le ha llegado a dar algún año 30, aunque es una rara excepción. Este es un mal año de producción y también de precios, lo que achaca al coronavirus porque es un producto caro y también a la alta producción en Estados Unidos, que exporta mucho a la Unión Europea. De vendérsela a 5,70 euros el kilo a la cooperativa de Reus con la que llevan 30 años han pasado a entregarla por apenas 3.

El año que viene Indalecio tendrá ya la almendra ecológica -ahora está en el periodo de transición previo exigido-. Así asegurará precio porque la que se vende bajo ese “sello” alcanza ahora en la Lonja de Reus los 7,60 euros el kilo, muy por encima de los 4,90 de la marcona -que es la que se usa para turrón-.

Estos días ultima la cosecha y lo hace con la ayuda de una maza, vara y un paraguas donde cae la almendra y se descascarilla automáticamente. “Compré hace años el paraguas porque no encontraba a gente para trabajar”, cuenta. Él, apasionado por sus almendros, no lo entiende, igual que le sorprende que no haya mucha más gente que apueste por estos árboles en Arribes.

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