La finca salmantina donde todo está controlado como en “Gran Hermano”

Desde el despacho él y su equipo hacen funcionar el regadío pero si notan un fallo, de nuevo vuelo de dron hacia el pívot para comprobar si hay boquillas obstruidas, por ejemplo, o cualquier otro problema. Y vuelo también de dron para comprobar el estado del terreno agrícola que dedican al forraje para ver, con el mapeo de colores, las necesidades de abonos o agua. “Para nosotros se ha convertido en importantísimo -dice Laso-. Es un ‘quita perezas’ porque va el dron y tú sigues trabajando en otra cosa, un ojo a vista de pájaros. No tiene nada que ver además la visión vertical del ganado con la horizontal”.

Por la noche el dron no vuela pero en la finca hay cámaras térmicas que permiten, por ejemplo, localizar un ternero que acaba de nacer. Y para él es muy importante porque la explotación es de las pioneras en raza angus y acaba de comprar 20 embriones en Estados Unidos “que están dentro del 1% de la mejor calidad mundial en cuanto a calidad mundial en docilidad, fertilidad y marmoleo -infiltración de grasas- de la carne”, cuenta.

Además del circuito cerrado de televisión en la oficina o placas solares para el regadío, ahora instalarán sensores de humedad para los riegos porque además de vacuno (wagyu y angus), ovino, cerdos en montanera y forrajes, Laso comenzará a partir de esta semana una nueva aventura con la siembra de tomates OX, originarios de Zamora y muy de moda porque son los favoritos del chef José Andrés. Será una hectárea y como se trata de un cultivo “muy delicado para el riego”, instalará sensores de humedad.

Cuando le preguntan si su explotación es un “Gran Hermano”, el propietario de “Pagos de Izcala” reconoce que sí pero porque es una filosofía que le parece clave para una finca así. “Tenemos que tener mucho control, tenerlo todo muy estructurado y controlado y para eso es fundamental la tecnología”, dice.