Borrar
Uno de los llamativos corderos de dos colores con «peluca».
Esos corderos con «peluca»

Esos corderos con «peluca»

A Daniel Rodríguez, ganadero, le nacen bastantes así en su explotación y tiene su explicación

La Gaceta

SALAMANCA

Miércoles, 18 de diciembre 2024, 17:34

Daniel Rodríguez es ganadero de Monleras y uno de los pocos jóvenes que ahora mismo opta por la vida en el campo. Su opción han sido las ovejas castellanas, tanto blanca como negras, porque las ve «desdolidas». Tiene ahora mismo inscritas en el libro genealógico de esta raza aproximadamente la mitad de cada variedad: 221 negras y 206, blancas, y en su explotación es normal que le nazcan corderos de dos colores y que cada parto sea casi una incógnita.

Llaman la atención aquellos que nacen con algo que parece una «peluca» blanca. «Se llaman jardos -explica- y de esos tengo muchos». Estos corderos entran en el libro genealógico de la raza castellana pero constando que son de la variedad diferente. La puntuación con la que entren se la da, además de su aspecto físico, los rasgos de productividad.

En primer plano, madre e hija jardas.

De la oveja blanco y de un macho negro pueden salir corderos de dos colores, pero tampoco es extraordinario que de una oveja negra y de un semental negro, lo que nazcan sean corderos blancos. También, y como se ve en la imagen, madre e hija son jardas: la oveja, de madre de variedad blanca y padre variedad negra, y la cordera, de madre jarda y padre de variedad negra.

Para ser considerado ejemplar de raza castellana de variedad negra tienen que tener parte de la cabeza blanca y la punta del rabo, también de ese color. El resto del cuerpo, de color negro.

Ovino castellano de variedad negra, con la punta del rabo blanca y parte de la cabeza blanca.  

La intención de Daniel Rodríguez es llegar a vivir del ganado, porque ahora compagina este trabajo con otro. Sus padres no eran ganaderos pero sí viene de familia ganadera y el campo siempre le ha interesado. Reconoce que le gusta la oveja negra porque la ve «más fina, duradera» y explica que también «porque no se amarizan o se amarizan poco» y cuenta que amarizar es el momento en el que, cuando hace calor, las ovejas se juntan para meter la cabeza en la sombra en época de calor. Mientras que ve como normal que en verano las ovejas permanezcan en esta posición desde el mediodía hasta, a lo mejor, las 6 de la tarde, en el caso de las negras, no pasan de la hora y poco. «Las veo con una genética más fuerte», indica.

Daniel Rodríguez y su joven ayudante, junto a un cordero jardo.  

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

lagacetadesalamanca Esos corderos con «peluca»