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¡Que viene la Comisión Europea, que viene la Comisión Europea! Y al final vino, a pesar de las dificultades que se han producido en el camino para formar la denominada Comisión von der Leyen II, que asumió sus funciones el pasado domingo. Desde el punto de vista de los intereses de los agricultores y ganaderos destacan dos retos a los que deberán enfrentarse los comisarios. El primero, y no por orden cronológico, es la presentación de sus propuestas sobre el Marco Presupuestario de la UE para el periodo de siete años 2028-34. Ahí tendremos una prueba de lo que «pinta» el campo europeo para el nuevo Colegio de Comisarios y del peso político que tiene dentro del mismo el comisario de Agricultura, el luxemburgués Hansen. El dilema que existe es el siguiente: von der Leyen y su equipo quieren poner en marcha nuevas políticas como la de defensa, pero, para ello, las arcas comunitarias necesitarían más dinero y una buena parte de los Estados miembros se niegan a aportar más al presupuesto comunitario; visto lo anterior, solo hay una salida: recortar fondos de las políticas actuales, con la de cohesión y la PAC como candidatas principales a ser «saqueadas». También habría otra posibilidad teórica, que se debe descartar en la práctica: se trata de la emisión de deuda conjunta y mutualizada, algo a lo que se niegan algunos Estados miembros como los Países Bajos. ¡A ver cómo resuelven ese dilema von der Leyen y su equipo! Esperemos que no pague la factura el dinero de la PAC y, por lo tanto, los agricultores y ganaderos de la UE.
En paralelo a este proceso negociador deberá desarrollarse otro sobre la próxima reforma de la PAC, que se aplicaría también a partir de 2028. Sin embargo, en este no se podrá avanzar hasta que no se haya fijado la cantidad de dinero de la que dispondrá esta política para el próximo periodo financiero. Cuando se sepa esta cifra, llegará el momento de distribuirla entre las distintas medidas, los sectores y los Estados miembros. Previamente a que se haya llegado a los acuerdos sobre estos dos asuntos, que todavía tardarán, toca prestar atención a otras prioridades. Para abrir boca, está la reunión de la Convención de Berna sobre la protección de los grandes carnívoros, que tiene lugar hoy. Allí la Comisión Europea lleva, en nombre de la UE, una petición para que se rebaje la protección del lobo. Si se aprueba, en Bruselas tendrían la puerta abierta a los siguientes pasos para rebajar la protección a este animal. Podría darse así la paradoja de que, cuando Teresa Ribera fue ministra en España, aumentó la protección al lobo y, ahora, desde su puesto en la Comisión Europea podría tener que dar el visto bueno a una reducción de esa protección para todos los Estados miembros. ¡Cosas veredes….!
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