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Primer hecho: representantes del sector porcino español han acompañado al marido de Begoña durante el último viaje que ha hecho a China. Segundo hecho: cuentan que el inquilino de la Moncloa, y así lo han vendido desde la sede de la Presidencia del Gobierno, se ha batido el cobre con las autoridades de Pekín en defensa del cerdo español. Tercer hecho: esos representantes han vuelto encantados del peso que ha tenido nuestro cochino en este viaje presidencial. Cuando me han contado todo lo anterior, solo hice una pregunta: ¿todavía os fiais de Pedro Sánchez? Tras un instante de dudas me contestaron lo siguiente: por la cuenta que nos trae no tenemos más remedio que fiarnos de su palabra. Mi respuesta estuvo cargada de un cierto sarcasmo y fue la siguiente: «la Declaración Universal de Derechos Humanos aprobada por la ONU establece como sagrado el derecho a la vida; a continuación yo añado por mi cuenta y riesgo otro que es el derecho a equivocarse».
Y es que el puerco español se juega mucho en este envite. Si China termina imponiéndonos una subida de aranceles a la entrada de carnes y despojos de guarros procedentes de España podría echarnos fuera de este mercado, el primero y más importante para nuestro sector. Luego viene la segunda derivada que es la siguiente: no enviamos a China carne solamente, sino que también se exporta lo que aquí se denominan despojos, muy apreciados por los habitantes de aquel país y que allí pagan a precios elevados, mucho más altos de los que se conseguirían aquí, por lo que hay un doble beneficio, este último nada desdeñable.
Dicho lo anterior, queda claro que el mercado chino es importante para España por partida doble y lo de los despojos no es menor, ni mucho menos. Y eso vale tanto para blanco como para el ibérico.
Así que bienvenido sea que el Gobierno español defienda por una vez al sector porcino, que sería victima de un problema, sin comerlo ni beberlo, provocado por la imposición de aranceles elevados a la entrada de coches eléctricos chinos en el mercado de la UE.
En las próximas semanas podremos ver si este apoyo del esposo de Begoña es de verdad o solo de boquilla. Será una de las patatas calientes que tendrá encima de la mesa la futura Comisión Europea que debería anunciase hoy. Ya veremos si finalmente se despeja esa incógnita.
Desde el punto de vista de los agricultores y ganaderos de la UE sería bueno que Teresa Ribera, la candidata española, no tuviese responsabilidades relacionadas con la energía, el clima y el medio ambiente, que son las que ella y Pedro Sánchez quieren.
¡Bastante la han sufrido ya aquí como para tener que soportarla cinco años más desde Bruselas!
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