Hace 39 años...y la producción se concentra (II)
Nada más actual del presente del campo que los datos de temperaturas de ayer mismo: a las seis de la tarde, en el límite de las provincias de Salamanca y Valladolid, el termómetro marcaba 33 grados, y eso a principios de octubre, ni más, ni menos, y sin pinta de que vaya a llover en los próximos días. Contaba la semana pasada, en el primer artículo de este serial, que hacía 39 años de mi primera visita a Bruselas y que en este periodo de tiempo han cambiado muchas cosas en el campo español. Dicho lo cual, hoy quiero destacar algunos de esos cambios, sobre todo por lo que nos espera de cara al futuro. Un ejemplo claro es lo sucedido con el porcino blanco, que también ha pasado en el ibérico. Hace cuatro décadas predominaban las pequeñas explotaciones, tanto en lechones como en animales cebados. Eso ha pasado a la historia y hoy lo que hay son medianas y grandes explotaciones, muy tecnificadas y también en régimen de integración. En resumidas cuentas, que se ha reducido mucho el número de granjas, ha aumentado el tamaño de las mismas y una parte de los ganaderos operan en régimen de integración con grandes empresas.
Este es el camino que se está siguiendo ahora en otros sectores ganaderos. Por ejemplo, en vacuno de leche. Cada mes se puede comprobar que se reducen el número de explotaciones ganaderas que entregan leche a la industria. También se ha registrado en los últimos años una caída de la cabaña de animales, pero en paralelo ha aumentado la producción debido al incremento de los rendimientos. Vamos, que el fenómeno que se registró hace dos y tres décadas en el porcino blanco, se da ahora en el sector de la leche de vaca y también en el caso del ovino y del caprino lácteo. En el del vacuno de carne se registra este mismo proceso de concentración de la producción, con una reducción del número de granjas y un aumento de su tamaño. Lo que entendíamos como explotación familiar lleva camino de desaparecer o, de mantenerse, con un aumento de su tamaño. Si se analiza el apartado agrícola nos encontramos con el mismo fenómeno: recorte del número de agricultores y de las explotaciones, mientras que en paralelo se ha producido un aumento del tamaño de las mismas, así como de su tecnificación. Y eso vale, por ejemplo, para sectores tan importantes en la provincia de Salamanca, como el de los cereales y grandes cultivos, el de la patata, o el de las producciones hortofrutícolas. En todos los casos, las llamadas explotaciones familiares, tal y como las entendíamos hasta ahora, llevan camino de desaparecer. Y otro fenómeno a destacar: cada vez hay menos gente que quiera trabajar en el campo. El problema de falta de mano de obra es uno de los más importantes que hay hoy y que se agravará de cara al futuro.Pero eso queda para el próximo artículo.
