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Carla Díaz de Rada
Lunes, 4 de noviembre 2024, 13:20
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Para todos aquellos excursionistas que, en pleno otoño, estén buscando un destino perfecto que combine patrimonio y entorno natural, tenemos la opción ideal. Ubicada en el corazón de Guipúzcoa, la 'Toledo vasca' alberga algunos de los monumentos más significativos del País Vasco, lo cual la convierte en una localización imprescindible para todos aquellos que adoren la cultura, la historia y la naturaleza.
Y es que el casco histórico de Oñati es un reflejo de su esplendor pasado. Entre sus calles empedradas, se alzan majestuosos palacios, casas señoriales e iglesias que datan de diferentes épocas. La Universidad Sancti Spiritus, fundada en 1540, es uno de sus edificios más emblemáticos. Considerada una joya del Renacimiento, fue la primera universidad del País Vasco y destaca por su impresionante fachada plateresca y su claustro, que ha sido testigo de siglos de actividad académica.
Otro de los monumentos destacados es la Iglesia Parroquial de San Miguel Arcángel, cuya construcción comenzó en el siglo XV. Este templo gótico alberga en su interior un retablo barroco de gran valor artístico y representa la riqueza cultural que caracterizó a Oñati a lo largo de su historia.
Además, el Palacio Lazarraga y la Casa-Torre Zumeltzegi son ejemplos notables de la arquitectura señorial que domina la villa. A pocos kilómetros del centro urbano se encuentra el Santuario de Nuestra Señora de Arantzazu, un lugar de peregrinación enclavado en un impresionante paraje natural. Este santuario es un referente del arte contemporáneo vasco, ya que en su construcción y decoración participaron artistas de renombre como Jorge Oteiza, Eduardo Chillida y Néstor Basterretxea. Su singular arquitectura y su integración con el entorno hacen de Arantzazu un lugar único que fusiona espiritualidad y arte.
El entorno natural que rodea a Oñati es igualmente atractivo. La villa es la puerta de entrada al Parque Natural Aizkorri-Aratz, que alberga las cumbres más altas del País Vasco, incluyendo el monte Aizkorri. Este espacio natural ofrece múltiples rutas de senderismo y montaña, ideales para los amantes de la naturaleza y el aire libre. Las cuevas de Arrikrutz, un complejo kárstico con más de 14 kilómetros de galerías subterráneas, permiten a los visitantes adentrarse en el fascinante mundo subterráneo y descubrir formaciones geológicas únicas y restos fósiles de especies prehistóricas.
La gastronomía es otro de los pilares de Oñati. La oferta culinaria de la villa es amplia y variada, desde acogedores bares de pintxos hasta restaurantes de cocina tradicional y moderna. Platos como el bacalao al pil-pil, el chuletón de buey y el queso Idiazábal, elaborado con leche de oveja latxa, deleitan a los paladares más exigentes.
Además, los mercados locales ofrecen productos frescos y artesanales, permitiendo a los visitantes degustar y adquirir lo mejor de la gastronomía vasca. Para quienes buscan actividades al aire libre, Oñati es un destino ideal. Además del senderismo y la exploración de cuevas, se pueden realizar rutas en bicicleta, paseos a caballo y otras actividades que permiten disfrutar del entorno natural de la zona. La villa cuenta con infraestructuras y servicios que facilitan la práctica de deportes y actividades recreativas en un entorno seguro y accesible.
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