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Daniel del Castillo
Viernes, 6 de septiembre 2024, 19:13
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En medio de las amplias tierras de la provincia de Zamora, en la comarca de Tierra de Campos, se erige un majestuoso y enigmático vestigio del pasado: el Monasterio de Santa María de Moreruela, también conocido como el Monasterio de Granja de Moreruela. Este monumento, aunque en ruinas, es una joya del patrimonio histórico y arquitectónico de España, un lugar que invita al visitante a sumergirse en la historia medieval y a descubrir la serenidad de un sitio que el tiempo ha dejado en un silencio casi místico.
El Monasterio de Granja de Moreruela fue fundado en el siglo IX, pero alcanzó su mayor esplendor durante los siglos XII y XIII, siendo uno de los primeros monasterios cistercienses de la península ibérica. La orden del Císter, conocida por su estilo de vida austero y su arquitectura sobria, dejó una huella profunda en este lugar. A pesar de su estado actual, en ruinas, la grandeza de lo que fue aún es palpable en sus muros, arcadas y en la impresionante cabecera de su iglesia.
La importancia histórica de este monasterio radica no solo en su antigüedad, sino en su papel en la expansión del Císter en España, y en su contribución a la colonización y desarrollo agrícola de la región. La Granja de Moreruela fue, en su tiempo, un importante centro espiritual y económico, un lugar de recogimiento para los monjes y de desarrollo para la comunidad circundante.
El Monasterio de Granja de Moreruela es un ejemplo destacado del arte románico cisterciense, aunque con influencias del gótico en algunas de sus estructuras posteriores. Los visitantes que hoy se acercan a este lugar pueden admirar la monumental cabecera de la iglesia, compuesta por un deambulatorio con siete capillas radiales, una estructura que habla de la grandiosidad del edificio original. Las ruinas de la sala capitular, el claustro y otras dependencias monacales permiten vislumbrar cómo fue la vida en este enclave durante su época de apogeo.
La belleza de las ruinas, cubiertas en parte por vegetación, con arcos que parecen desafiar al tiempo y piedras que han resistido siglos de historia, crea un ambiente de misterio y reverencia. Caminar entre estos restos arquitectónicos es una experiencia única, que permite a los visitantes conectar con un pasado lejano y reflexionar sobre la transitoriedad de la vida y las obras humanas.
Visitar el Monasterio de Granja de Moreruela es una oportunidad para explorar uno de los rincones más evocadores de Castilla y León. Aunque menos conocido que otros destinos turísticos, este monasterio ofrece una experiencia que combina historia, arquitectura y naturaleza. La tranquilidad del entorno, lejos de las aglomeraciones turísticas, permite al visitante disfrutar de una conexión íntima con el lugar.
Además, el monasterio forma parte de la Ruta de la Plata, un itinerario histórico que sigue la antigua calzada romana y que recorre gran parte del oeste de España. Los amantes de la historia, los peregrinos y los viajeros que buscan lugares fuera de lo común encontrarán en Granja de Moreruela un punto de interés obligado.
A pesar de su estado de abandono, el monasterio ha sido objeto de intervenciones para su conservación y puesta en valor. Estas acciones buscan preservar este importante patrimonio para las generaciones futuras, asegurando que los restos de este monumento sigan contando su historia a aquellos que los visitan.
En definitiva, el Monasterio de Granja de Moreruela es un lugar que merece ser visitado no solo por su importancia histórica y arquitectónica, sino por la experiencia única que ofrece. Es un viaje al pasado, una oportunidad para descubrir la belleza en la ruina, y para experimentar la paz y la serenidad que solo un lugar con tanta historia puede ofrecer.
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