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Playa de Furadouro. FOTOS: PABLO MONTES
La playa más sabrosa de Portugal, a tiro de piedra de Salamanca

La playa más sabrosa de Portugal, a tiro de piedra de Salamanca

Furadouro es uno de los arenales más sorprendentes, auténticos y con mejor pescado fresco que regala la costa de Portugal

Jueves, 18 de agosto 2022, 11:23

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Llegar a la playa de Furadouro al atardecer es garantía de flechazo. Contemplar como el astro rey se despide a cámara lenta en el horizonte atlántico encandila hasta al menos sensiblero. Colores irreales mientras la brisa marina acaricia el rostro evocando aromas de lo más seductores. Estamos en Portugal. A medio camino entre Aveiro y Oporto. A poco más de tres horas en coche de Salamanca. Furadouro es la playa más popular del municipio de Ovar. Conocido por sus iglesias decoradas con coloridos azulejos en sus fachadas, Ovar cuenta además con un animado carnaval. Suele quedar en un segundo plano a la sombra de sus vecinos Aveiro, Espinho y, por supuesto, Oporto. Quizás por ello resulta más auténtico.

Un largo y ajardinado paseo une el centro de la ciudad de Ovar con Furadouro. La avenida da Regua es una delicia para transitarla en coche, caminando o en bicicleta. Porque si algo distingue a esta zona de la costa lusa es por los kilómetros de carril bici con los que cuenta. Los aficionados a las dos ruedas tendrán la oportunidad de pedalear entre frondosos pinares que desembocan en virginales playas. Muy recomendable realizar el tramo de 10 kilómetros entre Furadouro y Esmoriz.

Furadouro no es Costa Nova. No vamos a encontrar coloridas casas que nos pongan en bandeja un ‘postureo’ en Instagram. Su arquitectura es tosca y poco vistosa. Pequeños bloques de apartamentos y un buen puñado de casas bajas que nos recuerdan que era una playa de pescadores. Muchos de ellos siguen saliendo al Atlántico cada mañana para practicar la xávega, ese arte de pesca de arrastre que consiste en extender en el océano una red con ayuda de una embarcación de madera, y después arrastrarla con tractores (antes se hacía con bueyes) hacia la costa. Un espectáculo que, madrugando, se puede contemplar en la playa de Furadouro Norte.

Esas lubinas, doradas, rayas y sardinas que llegan cada mañana, se sirven posteriormente en los restaurantes de Furadouro. Por algo decimos que nos encontramos ante una de las playas más sabrosas de Portugal. Un lugar idóneo para degustar las delicias marineras a unos precios muy ajustados. Como ocurre en Matosinhos, hay que dejarse guiar, cuan gato hambriento, por los aromas. Y en esto se lleva la palma el restaurante Casa Figueiras. Una pequeña tasca que coloca en su misma puerta cuatro parrillas capitaneadas por hombres y mujeres curtidas en mil batallas. De ahí salen exquisiteces como las ‘lulas grelhadas na brasa’ o el ‘robalo (lubina) grelhada na brasa’, además de una de las especialidades de la casa, la ‘raia á pescador’.

Furadouro tiene un animado paseo marítimo y una calle comercial, la avenida dos Bombeiros Voluntários do Porto, repleta de pequeñas tiendas y cafeterías. Pero lo mejor es pasear por su amplio arenal. Hacerlo en dirección norte. Después del camping, solo hay agua, arena y pinos. Una estampa virginal que resume el carácter salvaje de esta vertiente de la costa lusa. La playa de Furadouro es para pasearla, surfearla y refrescarse siempre que las condiciones lo permitan. Hasta que el cuerpo aguante o hasta que la brisa de la tarde obligue a enfundarse una sudadera o una chaqueta para asistir una vez más a su atardecer a cámara lenta.

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