Preciosa despedida de López Chaves en Ledesma: el toreo, a flor de piel

El torero salmantino se despidió ante sus paisanos en una tarde con pasión y sentimientos desbordados y triunfos legítimos: desde el incontestable del torero a la bravura del sobrero de Domingo Hernández que se ganó un meritorio indulto, pasando por la clase almibarada de dos toros (Capea y Casasola) de vuelta al ruedo

Javier Lorenzo

Ledesma

Lunes, 12 de junio 2023, 00:20

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López Chaves toreó con el sentimiento a flor de piel y se desataron las pasiones. Toreó con el alma, porque el alma le entregó su pueblo que lo izó en volandas toda la tarde, desde la ovación inicial que le llevó prácticamente en una nube en el emocionantísimo paseíllo hasta que totalmente arrebatado cuajó a Granaíno, el séptimo toro de la función, previsto como sobrero y que fue un dechado de bravura. Ni el indulto de este toro ni tampoco la concesión de trofeos fueron producto de la sensibilidad de una tarde en la que fue difícil contener las emociones. Al finalizar ese último paseíllo vestido de luces en Ledesma, el público tributó una cerrada ovación que Chaves recogió desde el mismísimo platillo. Parecía como si el incómodo y desatado viento que azotaba en aquel momento fuera a colarse en una fiesta a la que acudió sin invitación, como la lluvia, protagonista en los dos primeros capítulos de una historia que terminó siendo una brillante fiesta. El viento no le dejó calibrar a Chaves la emotiva embestida de Pueblerino, el toro de Castillejo de Huebra, al que había que someter y mandar para sostener y reducir las embestidas. El viento no le dejó. Esa emoción y también esa fortaleza le faltó a Candelito, el nobílisimo toro de Montalvo que casi no pudo con su alma. Pese a la despedida no fue tarde de regalos. El palco concedió las dos orejas de este astado y Chaves solo paseó una. No quería nada que no fuera suyo. Él mismo se encargó de darle categoría a todo. Y categoría tuvo el toreo al natural, con ambas manos, con la izquierda y también con la derecha, que instrumentó a Bolillero, el toro de Carmen Lorenzo que fue el encargado de disparar la fiesta.

Hasta entonces a los tres toros les había faltado un punto de entidad, que llegaría en la segunda parte. El de más cuajo y presencia del encierro fue Extranjero, el toro de Domingo Hernández que hizo emplearse a fondo al espada. Tenía una gran condición pero no regalaba nada; Chaves le buscó el fondo y en cuanto no acertó con la tecla el de Traguntía le enseñó los dientes. Dato curioso, menos al primero y al último, a los cinco toros los mató de fenomenales estocadas precedidas de un pinchazo.

Con el torero en plena efervescencia, con el triunfo asegurado y la tarde embalada, se templó como pocas veces con Gitanillo, un almibarado animal de Casasola que embistió casi de ensueño. Y Chaves no solo soñó sino que toreó a cámara lenta por ambas manos bajo los acordes del pasodoble ¡Que viva España! Parecía todo a pedir de boca. Con la faena hecha, se lo llevó al tercio de los tendidos de sol para dedicarle ese final de faena a las peñas. Y la plaza enardeció. Luego, el de La Ventana se apagó muy pronto , la obra estaba hecha. Y esas mismas peñas le pidieron el sobrero. Y Chaves no solo se lo dio si no que volvió a entregarles la vida. Ledesma le dio la vida a Chaves y Chaves se la entregó sin reservas siempre. Como hizo con el sobrero al que acabó indultado porque además de torearlo de manera arrebatadamente formidable, el toro embistió de categoría. Un torrente de bravura. Nada fue fruto de la exageración ni de unos sentimientos desbordados. Fue una fiesta bellísima.

GANADERÍA

Toros de Castillejo de Huebra, con movilidad y transmisión, se rajó; Montalvo, noble y flojo; Carmen Lorenzo, de gran calidad, Bolillero, premiado con la vuelta al ruedo; Domingo Hernández, bravo; Casasola, de excelente calidad, de nombre Gitanillo, vuelta al ruedo; La Ventana del Puerto, soso; y el sobrero de Domingo Hernández, Granaíno, nº123, indultado y fue un torrente de bravura.

DIESTROS

López Chaves. BERENJENA y ORO. Estocada y descabello (silencio); pinchazo y estocada (dos orejas); pinchazo, casi entera y descabello (dos orejas); pinchazo y estocada (dos orejas); pinchazo, estocada y descabello (dos orejas); pinchazo y media (palmas); y dos orejas y rabo simbólicos. Salió a hombros

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