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«Esta despedida no es por mí, la hago por el aficionado. Mi obsesión es lograr torear mejor que nunca. Quiero que salgan bien las cosas porque es la última vez que el público me va a ver y quiero ofrecer mi mejor versión para que quede ese recuerdo», afirmó Enrique Ponce en la explanada de los Dominicos con la monumental fachada del Convento de San Esteban de fondo, a solo tres días de su adiós en La Glorieta y al lado de Marco Pérez con quien compartió una sabrosa anochecida para deleite de los aficionados que tuvieron ante sí el relevo generacional del toreo. El joven que llega y el maestro que se va.
Enrique Ponce auguró una carrera de éxitos a Marco Pérez, que dijo: «Aunque parezca un contrasentido, con toda la expectación que había al inicio de esta temporada y aún con los éxitos que estoy logrando; casi todos los días estoy saliendo contrariado porque la poca suerte que estoy teniendo en los sorteos me están haciendo tener que usar recursos para emocionar al público y triunfar. Aún no he podido torear bien y como lo siento. Al considerarme artista quiero expresar lo que entreno y todavía no he podido». Y ahí entró en escena de nuevo el maestro: «Por eso que ya estás consiguiendo vas a ser la figura del toreo que está esperando Salamanca y España entera», auguró antes de explicar sus argumentos:«Para ser grande en el toreo hay que pegarle pases al toro regular y al bueno. Lo fácil es cuajar al bueno. Lo fácil es no sentir y defraudar. El torero grande es el que es capaz de solventar la papeleta de renunciar a tus sentimientos destacar con el regular para no defraudar al público. Por eso vas a ser figura, porque tienes esa capacidad y esa mentalidad».
Hizo un repaso a su carrera, repasó sus hitos, analizó la situación de la Fiesta y lanzó un mensaje contundente a la afición:«El aficionado tiene que reivindicar y apoyar el toreo yendo a las plazas. Es nuestro mejor argumento. Hoy estamos amenazados, no solo por los antitaurinos, sino por la clase política. Los políticos son los que cierran las plazas de toros y los que ponen las trabas con el deseo de acabar con la tauromaquia. Las plazas las cierran los políticos no los antitaurinos. Por eso nuestra fuerza está en los tendidos».
Ponce se deshizo en elogios con esta tierra: «Siempre sentí el respeto y el cariño. Es una de las plazas con más sensibilidad que he pisado. La categoría y la solera de La Glorieta es la misma que tiene la ciudad».
Marco Pérez no ocultó ni un segundo la admiración por Enrique Ponce:«Llegar a la mitad de lo que ha conseguido el maestro ya sería un sueño. Me identifico mucho con él», de la misma manera que Ponce dijo que las fuentes de las que él bebió fueron Capea y Robles.
Marco Pérez reconoció sentir ya ese peso de la popularidad, que la gente le conozca y que la afición tenga depositadas tantas esperanzas en él:«Estoy muy agradecido a Salamanca y a todos los que me están apoyando para conseguir mis metas, por el cariño y el calor que me están dando. ¡Claro que lo noto! Y soy consciente. Eso me da también mucha responsabilidad y también pesa para afrontar tardes como la del sábado en Salamanca. Por eso tengo que intentar estar a la altura de estos dos grandiosos maestros para devolver todo el cariño de la afición. A la vez eso me llena de ilusión;y por eso me sacrifico cada día, para conseguir mi sueño que espero que sea también el de toda Salamanca».
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