Marco Pérez, a solo un paso de la Puerta del Príncipe

La Maestranza recibió a los dos novilleros con una ovación nada más romperse el paseíllo y, apagados los aplausos, Marco Pérez deshizo el paseo para irse a recibir a su primer novillo de rodillas a la puerta de chiqueros. Toda una declaración de intenciones. Caló muy hondo de nuevo el salmantino en el corazón de la afición hispalense en una tarde de gran entrega, que suponía su regreso a Sevilla tras el rabo que cortó en este escenario hace tres años en su etapa de becerrista.

Juerguista se llamó el novillo de su debut, con el que se mostró lleno de recursos, ambición y deseos. Resultó excelente el inicio de faena en el que se metió rápido al público en el bolsillo. El utrero mantuvo esa emoción hasta el final. Un motor que iba aparejado de un punto de genio que encontró el poder y el dominio del joven torero salmantino que firmó momentos destacados con la diestra y abrochó siempre con improvisados recursos. Dejó una estocada de gran efecto que dio paso a la primera oreja de la tarde.

Pocas opciones le dio el tercero de la función, uno de los dos astados más deslucidos de la tarde de la ganadería de Talavante, de nombre Panaderito. Esa falta de intensidad y genio hizo que apareciera una versión más templada de Marco Pérez. Le sacó naturales y cambios de mano con gusto, aunque le faltó un punto más a la faena para terminar de lanzarse y quedó en nada tras pinchar en dos ocasiones.

Sin embargo, volvió a poner intensidad, capacidad y recursos con el quinto, el jabonero que fue el de más entidad de todo el conjunto, al que logró cortarle otra oreja de mérito tras una obra en la que jugó a la perfección las distancias, las alturas y los tiempos. Todo tuvo tensión y belleza en una faena de torero maduro y capaz, valiente y entregado, poderoso y artista que desplegó todo su muestrario para firmar una gran obra que hubiera tenido el premio de las dos orejas si no se antepone un pinchazo previo a la estocada que le hubiera servido para volver a salir a hombros por la Puerta del Príncipe, tal y como hizo de becerrista. Tres años después la evolución y la proyección resultó abismal.

Segundo festejo de la Feria de Abril. Media entrada en los tendidos en tarde soleada y ventosa.

Se lidiaron seis novillos de Alejandro Talavante, bien presentados y de juego variado. Destacó el 1º, con calidad y sin fuerza el 2º, deslucidos el 3º y 6º; bueno el 4º; y manejable el 5º.

-Marco Pérez (de lila y oro): oreja, ovación y oreja.

-Javier Zulueta (de verde y azabache): ovación con saludos, oreja con petición de la segunda y ovación con saludos.

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