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Pone fin a su etapa al frente de la federación de peñas taurinas 'Helmántica' el 25 de abril después de ocho años como presidente. Ha cumplido su palabra y ahora alza la voz a la espera de nuevas caras e ideas que mantengan a flote ... a la agrupación que representa a la mayoría de las peñas taurinas de Salamanca y provincia. La renovación siempre aporta cosas buenas. Y es lo que pide. Su afición y pasión por el toro viene de niño;y seguirá presente en su vida ahora que ya goza de la jubilación, no solo de la de empleado de banca que ejerció hasta hace unos años sino también como cabeza visible y representante de la afición charra.
Habla con la autoridad que le da la veteranía de buen aficionado. Es buen conversador de toros, vitista de pro y mantiene a López Chaves en su alma y en su corazón allá donde vaya. Toda una vida a su lado, desde el primer paseíllo hasta el último. Presume de ledesmino y aficionado. De aficionado comprometido, que le llevó no sólo a formar parte de las más diversas peñas en su vida, sino también hasta afrontar la presidencia del colectivo que representa a todas y tomar el testigo hace dos legislaturas de José Martín.
Inquieto y activo. Propuso actividades, multiplicó los actos e incluso ideó un encuentro de peñas en Ledesma en jornadas de convivencia y toros. Ahora deja paso al siguiente, con el orgullo del trabajo bien hecho y con el deseo de que el aficionado siga teniendo presencia, voz y participación. Y que el toreo, al que le ve futuro y fuerza para seguir adelante, vuelva a tener vida dentro de la sociedad. Es Luciano Sánchez. 69 años, los últimos ocho, el presidente de la Federación de Peñas Taurinas «Helmántica» que abandona con la cabeza bien alta.
¿Cuáles fueron los retos que se marcó en aquel momento, hace ocho años?
—Que el mundo del toro en Salamanca se revitalizara a través de las peñas, a través del aficionado. Ser un poco el representante de los aficionados. E incluso el intermediario a veces. Y, en definitiva, hacer actividades que mantuvieran viva la presencia del toreo, sobre todo durante el invierno. Ese era el reto mayor.
Y ocho años después, ¿lo logró?
—Sí, creo que sí. Se han hecho muchas cosas. Creamos una revista, hemos presentado muchos libros, tertulias, coloquios... Hemos mantenido el homenaje de Julio Robles, a la gala anual que ya existía se le dio un plus con más actividades en torno a ella. Y luego ha habido una cosa para mí importantísima, que no estaba en el ideario inicial, pero que luego se nos ocurrió: la recuperación de las plazas históricas en las que habían desaparecido los toros y volvieron en los últimos años gracias a nuestra iniciativa, como fue Buenamadre y El Cueto. Inicialmente nos lo frustró la pandemia pero lo retomamos en 2022, pero todo sin ninguna subvención. Lo hicimos a dolor vivo y con nuestro esfuerzo, con nuestro trabajo y muchas ayudas, entre ellas la Escuela y la Diputación. Después ya contactamos con la Consejería de Cultura, y aseguramos una subvención para que se mantuviera, para que se fuera haciendo cada año en un sitio determinado, histórico y relevante.
¿Y por qué la decisión de no seguir en la presidencia de la Federación?
—No es que esté cansado ni mucho menos, para mí esto es una distracción, pero fue mi intención y a lo que me comprometí, lo dije al principio:iba a estar ocho años y ya, todo tiene su momento en la vida. No es que haya perdido la ilusión, pero creo que tiene que venir gente nueva... Cuando se retoma una cosa y entra gente nueva siempre aporta algo nuevos porque las ideas se van adormeciendo. Sí pensé en que hubiera a la vista alguna candidatura para garantizar la continuidad; y la habrá. Hubiera sido una pena dejarlo y que no entrara nadie. Habrá continuación.
Y ahora que llega el fin del ciclo, cuando mira para atrás en ese tiempo que estuvo al frente de las peñas, ¿Qué es lo primero que se le viene a la cabeza?
—Lo primero que se me viene a la cabeza es la ilusión con la que me lo tomé. Ahora me da también un poco de pena, lógicamente. Y luego, dentro de todo, de todos los momentos buenos que ha habido;y también alguna decepción…
¿Por ejemplo?
—La espantada que nos dio Roca Rey la víspera de la gala del toreo, con todo preparado, con el hotel, para él, para la cuadrilla, con la policía municipal para llevar el coche y aparcarle a la puerta, el alcalde para entregarle el trofeo... Estaba en Salamanca para otros asuntos y en el momento crítico nos dejó tirados y se fue. Hubo más toreros como José Garrido que, estando en Salamanca, no se quiso acercar a recoger el premio. Con todas esas cosas te llevas un chasco. Tienes todo muy organizado, con mucho trabajo, y de repente se te viene todo abajo.
En la última gala del toreo en la que hizo su último discurso como presidente de la Federación de peñas hizo un alegato por una Feria continuada y no dividida en fines de semana y tambien apostó por la continuidad de la corrida concurso en La Glorieta...
—Aquello fue una petición a título personal, más que de Federación. Es que lo que pienso, es lo que he pensado desde el principio. Yo soy abonado a La Glorieta desde 1978. Desde pequeño, desde que he ido a la Feria... siempre fue en días consecutivos. Y yo es lo que he conocido: esto es una miniferia de dos fines de semana. Las ferias importantes son de ciclo continuado. Habrá gente que piense que le viene mejor el fin de semana. O a la empresa económicamente, pero la Feria debe de ser continuada, como toda la vida y con otro matiz, si es coincidiendo con las fiestas de la ciudad, mejor para todos.
¿Y apostaba por la recuperación y consolidación de la corrida-concurso?
—Por supuesto. Estamos en Salamanca que es tierra de toros por excelencia. Este festejo tuvo aquí gran arraigo. El año pasado se hizo, ahora habría que abrir más el abanico ganadero y siempre con la presencia de tener buenos lidiadores.
¿Hubo en este tiempo conexión entre la empresa y la Federación de Peñas?
—No, no ha habido conexión. Nunca.
Eso sí que es algo llamativo y difícil de entender. Si la Federación aglutina casi un millar de socios entre todas las peñas, no digo que todos tengan que ser abonados de La Glorieta, pero sí todos son aficionados y potenciales clientes para la empresa como para tenerlos en cuenta y ofreceros ventajas, escucharos y teneros en cuenta... ¿por qué esa distancia?
—Solicitamos entrevistas de vez en cuando. Vamos, varias veces, pero no sé si no ha habido tiempo o qué es lo que ha pasado pero jamás lo logramos.
¿En ocho años no hay tiempo de poder recibiros y atenderos?
—Sí te digo que a Juventud Taurina sí que les han escuchado, sí que se han reunido con ellos. Con la Federación, mientras he estado yo no nos se han recibido nunca. Una vez nos respondieron pero cuando nos quisieron citar ya no había tiempo porque estaba la Feria encima y no podían. La petición se hizo con mucha más antelación, claro está.
Cuanto menos llamativo...
—No sé si no nos consideraron un colectivo importante dentro de la ciudad o que solo valoran el número de abonados. Es cierto que el número de socios supera el millar en la federación pero el de abonados a La Glorieta no. Con la disolución de le peña de Chaves la Federación perdió más de 200 socios pero ha incorporado otras como son las de reciente creación de Marco Pérez y la de Ismael Martín. Por eso digo que todos esos grupos, sean o no sean abonados, sí son aficionados y si tienen algo que ver en La Glorieta y en la vida taurina de la ciudad. Creo que la empresa de Salamanca tiene muy poca respuesta en general con el aficionado. No han presentado los últimos años la Feria, lo lanzan a los medios y listo. En otras ciudades hacen presentaciones y aquí... Aquí creo que lo que evitaban era que se le hicieran preguntas indiscretas o incómodas como sucedió la última vez. Hay gran desconexión entre los aficionados y la empresa. En Valencia y en otros sitios, las peñas tienen fuerza, ya no te digo ya en Francia, pero en Salamanca nunca contó para nada. Lo único que hizo la empresa con nosotros fue una publicidad en la revista.
Además de presidente, como aficionado y como uno de los abonados de La Glorieta más veteranos, ¿cómo ve el mundo del toro? ¿Qué tenemos y qué hemos perdido en todo ese tiempo?
—Sigue teniendo muchísima fuerza. Fíjate que después de la cantidad de trabas que se le están poniendo, la cantidad de inconvenientes a nivel político y que siga habiendo toros como hay, y que siga teniendo esa fuerza que tiene en las grandes ferias indica la fuerza del espectáculo. Es preocupante el norte, fíjate Bilbao como está; los problemas que hubo en Gijón con la alcaldesa, que no ha podido. Y por Galicia solo queda un poquito en Pontevedra. El resto de las comunidades, yo creo que en este momento no atraviesa mal momento y además está yendo más gente joven a los toros.
¿Se puede decir que el toreo salió reforzado tras la pandemia?
—Tal vez influyó esa reacción que hubo ante tanto ataque político y tanto antitaurino. Son las dos cosas. Hubo algunos jóvenes que se rebelaron contra las prohibiciones y defendieron su libertad de ir a las plazas. Siempre hubo épocas muy malas, desde mi experiencia. Y luego es muy importante que surja un torero que revolucione el cotarro. Siempre he dicho que cuando decimos toros sí, toros no, que si hay cuatro José Tomás, se acababa el debate con las plazas llenas. Ahora está Roca Rey y aparece Marco Pérez que está tirando de las novilladas que se estaban perdiendo. Eso da la oportunidad de ver a otros toreros que pueden tener futuro. Veo que esto va a perdurar y no corre peligro, pese al Gobierno. Esa es la realidad. Por fortuna no tiene competencias taurinas que, por suerte para nosotros, están transferidas a las comunidades.
¿A usted que le llevó en su niñez a las plazas de toros?
—Mi padre, que era muy vitista. Chanito, que era como de Ledesma. Vamos, vivía en Gejuelo del Barro, en la finca de Jumillano, pero tenía muchísima amistad con mi familia. Y entonces yo lo empecé a admirar porque empezaba de novillero. Ledesma, mi pueblo, siempre fue una zona muy taurina. En mi niñez se jugaba el toro, cosa que no ocurre hoy y eso ya me quedó para toda mi vida.
¿Cómo será el cambio al frente de la Federación de peñas?
—El 25 de abril es la Asamblea General Extraordinaria para renovar la Junta Directiva. Yo voy a estar ahí detrás de ellos, apoyándolo si me necesitan a quien continúe en mi cargo si me lo piden. Y lógicamente ayudarles y aportar cosas nuevas para seguir creciendo.
¿Qué le gustaría que hicieran, que no han sido capaz de lograr este tiempo?
—Una de las cosas que nos planteamos, pero que lo desechamos porque tampoco tuve eco era recuperar el festival de las Hermanitas de los Pobres del 12 de junio. Se que es difícil, pero mira, López Chaves sí que lo ha logrado en Ledesma, de otra manera, con el festival de Aerscyl. Tendrían que intentarlo. Otra cosa que no conseguimos fue lo de entrevistarnos con el rector de la Universidad para que nos explicara por qué fue la suspensión de la Cátedra de Tauromaquia. Siempre tuvimos la callada por respuesta.
¿Qué papel tiene que jugar el aficionado en todo el entramado taurino representado desde esta Federación?
—Presencia e ir a más a las actividades Estamos en conexión con el museo, y hacer ver que la que la tauromaquia en Salamanca tiene que mantenerse viva y no solo con la Feria, porque la Feria se acaba el 21 de septiembre y queda un año en blanco por delante hasta la siguiente.
En este descuento que le queda, ¿cuál sigue siendo su gran reivindicación?
—Lo mismo que el primer día, que la Federación debe ser la representación de la afición. Que el aficionado es importantísimo, básico e indispensable y que se le tenga más en cuenta, porque no se le escucha. Esa no es poca petición.
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