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Una quincena de naturales sirvieron para redimir la tarde a la que le había caído una losa encima. El cartel de arte solo triunfó en la taquilla, el mano a mano que había colgado el cartel de No hay billetes había resultado un auténtico sopor. Naufragio de Juan Pedro Domecq en una corrida sin un ápice de bravura que ni siquiera salió completa aunque eso sirvió para que apareciera un remiendo de Torrealta a la medida de Pablo Aguado.
No fue casualidad que apareciera este toro en la tarde del arte. La importancia de los corrales para cuando se tuercen los reconocimientos. Y la suerte lo puso en manos de Pablo Aguado, tan ligado a esta casa. El buen Torbellino sacó calidad y Aguado la saboreó como solo él sabe hacerlo con un maravilloso toreo al natural. Le ha dado un giro de tuerca el sevillano a su exquisita interpretación. Ya lo demostró en Sevilla. Y eso le ha hecho crecer y redondearse un poco más. A este Torrealta lo enganchó con los vuelos de su parsimoniosa interpretación para acariciar cada embestida. No hubo una tanda rotunda, no fue una faena compacta, no explotó en ningún momento, pero todo tuvo tal interés, tal gancho y tal belleza que hizo que aquello tuviera interés siempre. La imperfección brilló en las muñecas de Pablo Aguado, porque eso fue lo que le dio categoría al asunto. Y la naturalidad, la torería, el gusto y la distinción de un sevillano que gusta como pocos en Madrid. No tuvo esta faena a Torbellino el aura ni la majestad de aquella que firmó a un Tapado de Montalvo en 2019 solo unos días después de su lanzamiento con las cuatro orejas de Sevilla. Fue diferente, como lo es el propio arte. Esta de Torrealta es de esas tardes que le hacen crecer en categoría. Más allá de que su innata torería brotara en el descuento al rescate del sopor que invadió Las Ventas.
LAS VENTAS, Madrid. Sábado, 24 de mayo de 2025. 14ª de abono de San Isidro. Lleno de 'No hay billetes' en los tendidos (22.964 espectadores). Cinco toros de Juan Pedro Domecq, desigualmente presentados, flojos y de pobre juego; y un remiendo de Torrealta (6º), noble y bueno. Juan Ortega, silencio, silencio y silencio tras aviso; y Pablo Aguado, silencio, ovación con saludos y oreja.
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